"En la reunión se discutieron y definieron de manera detallada medidas para dinamizar y ampliar el intercambio y cooperación multifacéticos entre Corea y Rusia en terrenos como comercio exterior, economía, ciencia y tecnología, en virtud de los acuerdos alcanzados en la histórica cumbre y conversaciones Corea-Rusia del septiembre pasado", informó en un artículo la agencia KCNA.
Se cree que la mencionada cumbre de septiembre entre el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente ruso, Vladímir Putin, sirvió para cimentar un acuerdo para cooperar y comerciar en el terreno militar.
Seúl y Washington consideran probado que Corea del Norte ha entregado en los últimos tiempos a Rusia millones de rondas de artillería para su uso en Ucrania y creen que Pionyang puede estar recibiendo a cambio apoyo tecnológico o asesoría en materia de lanzamientos espaciales en un momento en el que espera lanzar pronto un cohete espacial para poner en órbita su primer satélite espía.
El mencionado protocolo lo firmaron este miércoles en Pionyang el ministro norcoreano de Relaciones Económicas Externas, Yun Jong-ho, y el ministro ruso de Recursos Naturales y Ecología, Alexánder Kozlov, que encabeza la delegación visitante y fue una de las figuras más activas durante la visita de Kim Jong-un a Rusia en septiembre.
KCNA no precisó más detalles acerca del protocolo de cooperación, pero muchos analistas han apuntado que el creciente acercamiento entre Pionyang y Moscú puede implicar nuevos envíos de trabajadores norcoreanos a explotaciones mineras o madereras del Extremo Oriente ruso, algo que prohíben las sanciones impuestas a Pionyang por el Consejo de Seguridad de la ONU, del que Moscú es miembro permanente.
Según los grupos de expertos que supervisan el cumplimiento de las sanciones, el salario en divisa extranjera de estos trabajadores, que viven en condiciones de semiesclavitud, es percibido en su mayor parte por el régimen.
Desde que fracasaron las negociaciones sobre desnuclearización con Estados Unidos en 2019, Corea del Norte decidió aprobar un plan de modernización armamentística y, además de rechazar el reinicio del diálogo, ha buscado un mayor acercamiento a Pekín y Moscú.