El estudio analizó 36 empresas que operan en los 22 países que comprenden la región Iberoamericana y constató que en todos los casos contribuyeron a la sostenibilidad de la agricultura y a la erradicación del hambre.
El secretario general iberoamericano, Andrés Allamand, afirmó en un comunicado que la "innovación y emprendimiento serán fundamentales para resguardar la seguridad alimentaria de una población global que para el año 2050 superará los 9.700 millones de habitantes y que requerirá un aumento en la producción mundial de alimentos cercano al 60 %".
La Segib alertó de que en América Latina y el Caribe el 40,6 % de la población sufrió inseguridad alimentaria en 2021, nueve puntos más que en 2019, lo que coloca a esta región como la más afectada por el hambre.
A pesar de ello, se trata del territorio responsable de la exportación del 14 % de los alimentos globales, que ha incrementado notablemente los ingresos derivados de esta actividad.
El superávit del comercio agroalimentario pasó de 35.000 millones de dólares en el año 2000 a 138.000 millones en 2019.
La Secretaría destaca la necesidad de hacer más sostenibles los sistemas alimentarios, que "son responsables del 30 % de las emisiones y se encuentran entre los más vulnerables al impacto climático".
Las empresas analizadas por la Segib, denominadas como de "agtech y foodtech", utilizan tecnologías como la inteligencia de datos, la inteligencia artificial o el internet de las cosas (proceso que permite conectar elementos físicos cotidianos a internet para transmitir datos) aplicadas a la agricultura y la alimentación.
Brasil destacó como el país con mayor mercado de Latinoamérica para la inversión en este tipo de tecnologías agroalimentarias, con una cuota que casi alcanza el 50 %.