“Él es el redentor. Este es su discurso, su narrativa, su propaganda”, afirma Dada en Madrid, donde ha presentado en la Casa de América su primer libro, “Los pliegues de la cintura” (2023).
El libro recopila crónicas sobre sus viajes por Centroamérica en busca de la respuesta a cómo se llegó a este momento de “desmantelamiento” de las democracias en la región.
Siendo director de El Faro, medio de periodismo investigativo con gran reconocimiento en el país centroamericano, Dada le ha seguido los pasos al presidente de El Salvador desde que comenzó a incursionar en la política como alcalde de Nueva Cuscatlán.
“Lo conocía de antes”, afirma casi sorprendido, para explicar que en esa época Bukele parecía tener un “aire fresco” al ser un político joven, muy hábil en redes sociales.
Incluso reconoce que, en aquel entonces, el ahora presidente “era admirador de El Faro”, medio que hace unos meses tuvo que trasladarse a Costa Rica tras denunciar campañas de deslegitimación y difamación por parte del Gobierno salvadoreño con amenazas y periodistas espiados.
Al recapitular los ataques, el periodista multigalardonado admite también que en esa época Bukele “se decía demócrata y decía que la reelección inmediata estaba prohibida por la Constitución”, en referencia a la intención del presidente de obtener un segundo mandato en las elecciones presidenciales previstas en febrero del próximo año.
“La dictadura en El Salvador tiene fecha de nacimiento”
Para el salvadoreño, esta reelección, recientemente aprobada por el Tribunal Supremo Electoral del país, implica la violación de “seis artículos de la Constitución”.
“Eso indica que ya no valen las leyes ni la Constitución y que las reglas dependen de lo que necesite el gobernante”, agrega, al entender que esta decisión política marca “el nacimiento de la dictadura” en El Salvador.
Además, resalta que la actual administración “se ha hecho del control de todo el aparato del Estado” y que los salvadoreños llevan “casi dos años sin garantías constitucionales” debido a un régimen de excepción, que “le permite a un policía detenerte en la calle porque le da la gana”, sin orden judicial.
A pesar de esto, reconoce que Bukele “es el presidente más popular de América Latina” y que, a pocos meses de finalizar su gestión, mantiene altos índices de aprobación social.
Una de las respuestas que encuentra a este fenómeno es “la insatisfacción de la mayor parte de la gente con lo que la democracia les prometió”.
“Si vivís en una comunidad controlada por pandillas en El Salvador, la democracia es lo que menos te importa, no significa absolutamente nada. ¿De qué sirve la democracia si no te puedes quitar la pistola de la cabeza?”, reflexiona.
El Faro, en resistencia
El autor cuenta que el equipo de El Faro, con más de 25 años de existencia, comenzó a cuestionarse cómo hacer periodismo “en dictadura, ante un poder sin límites” que busca imponer “una sola voz, una sola narración”.
Llegaron a la reflexión que para que exista una “sociedad en libertad” es necesaria una pluralidad de voces y así fue como decidieron declararse un “periódico en resistencia”.
“Tenemos que buscar la manera de resistir a la imposición de una narrativa única, ser un obstáculo para esa acumulación de poder”, concluyó.