Desde el final de la Segunda Guerra Mundial (1945), la república alpina prohíbe cualquier apología o propaganda a favor del nazismo, que fue más tarde ampliada a organizaciones terroristas y extremistas como el grupo islamista radical palestino Hamás o los "Identitarios", un grupo ultranacionalista activo en Austria y Alemania.
Con la enmienda presentada ahora, se precisa que cualquier tipo de relativización de los crímenes del nazismo será considerada un delito, y no sólo los casos considerados graves, con penas de entre uno y diez años de cárcel, en casos de extrema peligrosidad incluso hasta 20 años.
Por exponer en público símbolos de organizaciones extremistas se duplicarán las multas, hasta entre 10.000 y 20.000 euros (10.670 y 21.375 dólares).
Además, un funcionario público perderá en el futuro de forma automática su empleo si es condenado por apología del nazismo u otros extremismos.
La enmienda presentada hoy requiere una mayoría de dos tercios en el Parlamento en Viena, por lo que la coalición de Gobierno necesitará el apoyo del opositor partido socialdemócrata SPÖ o del ultraderechista FPÖ.
La ministra de Justicia, la ecologista Alma Zadic, dijo hoy que la enmienda es necesaria para poder actuar "de forma más contundente" contra el antisemitismo, el extremismo de derechas y la desinformación.