En general, entre el 60 y el 80% de los países más pobres o en desarrollo han experimentado subidas de los precios de los alimentos de más del 5%, que en algunos casos supera incluso el 10% este año.
Las economías avanzadas tampoco se salvan: el precio de los alimentos aumenta más que la inflación en el 64% de estas naciones, aunque empieza a frenarse en la Unión Europea.
En la medición interanual, los precios del maíz han aumentado un 28% y los del trigo un 35%. El arroz, un alimento básico en muchos países, aumentó un 39% interanual.
El maíz y el trigo se mantienen por debajo de los máximos registrados en enero de 2021, cuando la pandemia de covid-19 y el fin de los confinamientos perturbaron las cadenas de suministro mundiales; pero el arroz sigue siendo un 19% más caro que en enero de 2021.
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Aparte de Argentina y Venezuela, dos países con profundas crisis económicas, el aumento de los precios de los alimentos en América Latina y el Caribe fue variable: Bolivia 5,3%, El Salvador 6%, Honduras 9,3%, Nicaragua 8,6%, Brasil 0,9%, Colombia 11,2%, República Dominicana 9%, Ecuador 7,5%, Guatemala 7,4%, México 5,9%, Panamá 2,4%, Paraguay 4%, Perú 8,8%, Chile 8% y Uruguay 4,7%. En Costa Rica por el contrario bajaron (-3,3%).
Uno de los factores que pueden desencadenar la subida de precios de alimentos en la región es el fenómeno meteorológico El Niño, que influye en el aumento o disminución de las precipitaciones y por lo tanto en la agricultura.
El Niño tiende a alcanzar su punto máximo entre octubre y febrero, pero ya ha influido en las altas temperaturas alcanzadas en agosto y septiembre en países como Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay, recuerda el Banco Mundial.