“Por el momento no me consta que la Fiscalía de Roma vaya a reabrir la investigación” sobre la muerte de uno de los intelectuales más reconocidos de Italia, declaró hoy el abogado Stefano Maccionio, que durante años se ha ocupado de este crimen aún envuelto en interrogantes.
La denuncia, que indicaba que Pasolini había muerto víctima de una extorsión y no solo de un joven prostituto, como sostiene la versión oficial, había sido presentada por Maccionio en nombre del antiguo asistente de Pasolini, el director David Grieco, y el guionista Giovanni Giovannetti,
El abogado había pedido que se verificase la identidad de "al menos" tres muestras de ADN identificadas por los carabineros (policía militarizada) en 2010 en la escena del crimen.
Pasolini fue brutalmente asesinado la noche del 2 de noviembre de 1975 en la playa de Ostia, en el litoral romano, a manos de Pino Pelosi, un prostituto que se declaró culpable y fue condenado, pero que con los años cambió de versión, hasta su fallecimiento en 2017.
Pese a la versión oficial, este crimen siempre estuvo envuelto por las dudas y por las irregularidades en la primera investigación.
En su denuncia, Grieco y Giovanetti sostenían que aquella noche Pasolini y Pelosi no estaban solos en la playa, sino que el pensador pudo acudir al lugar de su muerte para recuperar unas cintas de la película que ultimaba, "Salò e le 120 giornate di Sodoma", que le habían sido robadas.
La película, una descarnada y polémica crítica a la burguesía y al fascismo, finalmente se estrenó de forma póstuma, tras su homicidio.
La tesis de la extorsión, por la que habría acudido a Ostia para pagar por recuperar sus cintas, ha sido sostenida por varias personas conocidas en la Roma de los 70, como uno de los líderes de la mafia local, la Banda de la Magliana, Maurizio Abbatino.
El pasado 16 de diciembre, la Comisión parlamentaria Antimafia apuntó a este motivo en un informe que recogía varios testimonios.