La protesta, llevada a cabo por una veintena de integrantes del colectivo “Última Generación”, paralizó el tráfico en torno a las 8.30 horas locales (06.30 GMT) en Turín, al inicio de la autopista, donde se desplegó una pancarta en la que se pedía un “Fondo de Reparación” por los daños causados por los combustibles fósiles.
Los activistas se sentaron en el suelo e intentaron dialogar con los automovilstas, que se mostraron furiosos y les recriminaron su actitud hasta la llegada de la policía, alrededor de media hora después del inicio de la protesta, según los medios locales.
Los agentes lograron trasladar a los miembros de “Ultima Generación” a los coches policiales, a pesar de su oposición, y los llevaron a la comisaría, mientras que para retirar a los dos que se habían pegado con cola al asfalto fue necesaria la intervención de los bomberos.
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Posteriormente ambos fueron trasladados al Hospital Maria Vittoria para evaluar las posibles lesiones causadas por el pegamento durante la protesta, según las mismas fuentes.
Activistas climáticos provocaron repercusiones en el tráfico
La asociación de defensa de los consumidores Assoutenti ha pedido a la Fiscalía de Turín que investigue los posibles delitos de “bloqueo de carreteras e interrupción del servicio público”, después de que la protesta haya “provocado enormes repercusiones en el tráfico vial e inmensas molestias a los ciudadanos y viajeros que esta mañana se encontraban en la autopista Turín-Milán”.
“Entendemos las razones de la protesta y estamos convencidos de que las manifestaciones a favor del medio ambiente y el clima siempre deben ser apoyadas, pero nunca cuando se presentan como una forma intolerable de violencia hacia los demás, en este caso los ciudadanos inocentes que permanecen encarcelados en Turín-Milán”, dijo en una nota.
Se trata de la enésima protesta de los activistas de “Ultima Generación” en Italia, donde habitualmente han arremetido contra el patrimonio, como en mayo pasado, cuando arrojaron un líquido negro en el agua de la monumental Fontana de Trevi de Roma, con acciones similares en la fuente de la Barcaccia de la Plaza de España romana o la de los Cuatro Ríos de Gian Lorenzo Bernini en la Plaza Navona.
El Gobierno italiano ha aprobado un proyecto de ley que castigará a los autores de actos vandálicos contra obras de arte, monumentos o patrimonio con multas de hasta 60.000 euros o sanciones penales.
Hace unos meses el Tribunal de la Ciudad del Vaticano condenó a una pena “suspendida” de nueve meses de prisión a los dos activistas climáticos que se pegaron a la famosa escultura del Laocoonte para protestar contra la crisis climática, así como a pagar una indemnización de 28.148 euros (unos 30.267 dólares).