Lo hizo a la salida de un colegio electoral en la comuna de Olón, de la provincia costera de Santa Elena, hasta donde llegó con chaleco antibalas y en medio de un fuerte resguardo militar, que lo cercó desde que se bajó de su vehículo hasta que se volvió a subir minutos después de votar.
“Un fuerte abrazo a todos los ecuatorianos que nos están apoyando en esta jornada electoral. Hoy ganamos”, aseguró confiado el joven exasambleísta, quien llegó junto a su esposa, Lavinia Valbonesi, a quien acompañó horas antes a sufragar en una escuela de la ciudad portuaria de Guayaquil.
“Yo creo que ya la tendencia se puede notar, se puede palpar en la gente, ya es irreversible. Creo que hoy empezamos a construir el nuevo Ecuador”, agregó.
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Además, afirmó que este domingo “se hará respetar la voluntad del pueblo”. “La gente quiere cero impunidad, la gente quiere progreso, empleo y los jóvenes quieren una esperanza”, dijo frente a decenas de simpatizantes que lo esperaban en el lugar y que lo aplaudieron cuando enseñó la papeleta con su nombre.
“Hoy ganamos”, dijo Noboa, de 35 años
El operativo para su llegada empezó desde muy temprano, pese a la lluvia. Decenas de militares y de policías cerraron las calles aledañas a la pequeña unidad educativa ubicada en el poblado y solo dejaban ingresar a quienes debían votar en ese sitio. Otro operativo se instaló al ingreso a la comuna y agentes policiales recorrían todo el sector.
Por la tarde, Noboa tiene previsto recibir los resultados en su casa de esta misma localidad costera, donde también recibirá a los medios de comunicación.
Si gana las elecciones, Daniel Noboa, de 35 años, puede convertirse en el presidente más joven de la historia de Ecuador y cumplir el sueño de su padre, el millonario bananero Álvaro Noboa, quien fue candidato a la Presidencia por cinco ocasiones.
El ganador de estos comicios gobernará durante un corto periodo de unos 15 meses, para completar el periodo 2021-2025 que no culminará el actual presidente, el conservador, Guillermo Lasso, que forzó este proceso electoral excepcional al aplicar en mayo pasado la denominada “muerte cruzada”.
Con ese mecanismo constitucional, Lasso disolvió la Asamblea Nacional (Parlamento), que controlada por la oposición que lideraba el correísmo aprestaba a votar su destitución en un juicio político donde se le acusaba de presunto peculado (malversación), cargo que él rechaza.