Estas son las conclusiones de un informe publicado hoy por el Departamento de Estado de EE.UU. bajo el título "Cómo la República Popular China busca alterar el panorama informativo mundial".
El documento advierte a todos los países que Pekín "invierte miles de millones de dólares cada año en manipular información" para promover opiniones positivas sobre China.
Al mismo tiempo, intenta suprimir de los medios de comunicación y de internet información crítica que contradice su narrativa en asuntos como la situación de Taiwán, las violaciones de derechos humanos dentro del gigante asiático o sus pretensiones en el mar del Sur de China, sostiene el informe.
"China emplea una variedad de métodos engañosos y coercitivos en su intento de influir en el entorno informativo internacional. La manipulación de la información por parte de Pekín abarca el uso de propaganda, desinformación y censura", advierte.
Entre sus técnicas, Washington señala el "autoritarismo digital", que implica el uso de tecnologías de control de información y de censura para "reprimir la libertad de expresión", especialmente en África, Asia y América Latina.
La aplicación WeChat, por ejemplo, usada por muchas comunidades de habla china fuera del gigante asiático, ha sido utilizada por Pekín para censurar contenidos y hostigar a generadores de contenido independientes, afirma el informe.
Paralelamente, China ha expandido su red de medios de comunicación estatales, como la cadena CGTN o la agencia Xinhua, que difunden información en todo el mundo en más de 12 idiomas.
"Todos los países tienen el derecho de contar su historia al mundo, pero la narrativa de cada nación debe basarse en hechos verdaderos", dijo en una rueda de prensa James Rubin, coordinador de la oficina del Departamento de Estado encargado de contrarrestar la propaganda externa.
Rubin afirmó que Estados Unidos no miente y que ha admitido sus "errores" cuando en el pasado ha difundido falsedades como las que envolvieron la guerra de Irak.
En cambio, China "dice cosas que sabe que son falsas para confundir y manipular", denunció el funcionario.
Estados Unidos no ha presentado este informe al Gobierno chino porque su objetivo es el de advertir a los países que son víctimas de la "desinformación" de Pekín.
"China no necesita que le expliquemos lo que hace", zanjó Rubin.
El Departamento de Estado lanzó el reporte a pesar de la política de acercamiento entre ambos Gobiernos, que se ha materializado con varias visitas de funcionarios estadounidenses a Pekín para fijar "canales de comunicación estables".
Los dos países están además en conversaciones para organizar un encuentro entre el presidente de Estados Unidos, Joe Bien, y su homólogo chino, Xi Jinping, que Washington desea que ocurra antes de fin de año.