La ministra del Interior, Nancy Faeser, agradeció a la BKA su campaña de sensibilización y recordó que “enviar fotos de desnudos no es en absoluto una diversión de patio de colegio, sino que puede tener consecuencias nefastas”, al tiempo que señaló que muchos niños y adolescentes“no son conscientes de los peligros que entraña”.
Agregó que no es inusual que menores compartan fotos o vídeos de sí mismos en servicios de mensajería o redes sociales como WhatsApp, Snapchat, Instagram y Facebook y señaló que las cifras de las estadísticas policiales sobre delincuencia muestran “lo grave que se ha vuelto en tanto este problema”.
“Desde hace años aumenta el número de casos de distribución de contenidos pornográficos infantiles y juveniles por los propios niños y jóvenes. Tenemos que frenar esta evolución a través de la sensibilización y la prevención”, dijo.
Lea más: Condenan a 10 años de cárcel por pornografía infantil a dos neerlandeses en Ecuador
El comunicado recuerda a los niños y adolescentes que enviar, reenviar o poseer fotos íntimas hechos por ellos mismos pueden constituir un delito.
Policia alemana investiga los contenidos pornoráficos infantiles
Según las estadísticas policiales de 2022, el 41,3 % de los sospechosos de este tipo de delitos eran menores de 18 años.
Según la ley, cuando niños, es decir, personas menores de 14 años, crean imágenes íntimas de sí mismos, se trata de contenido pornográfico infantil y cualquiera que produzca, envíe, reciba, reenvíe o almacene fotos o vídeos de este tipo se enfrenta a al menos un año de prisión.
Personas a partir de 14 años son consideradas penalmente responsables; en el caso de personas que no hayan cumplido esa edad, no hay consecuencias penales.
Adolescentes, es decir, personas de al menos 14 años y menores de 18, están creando, si toman imágenes íntimas, contenidos de pornografía juvenil.
En este caso, no obstante, si las imágenes fueron tomadas con el consentimiento del adolescente retratado en cuestión y en el marco de una relación sexual para uso personal, no constituye delito, mientras que en caso contrario, la pena puede ser de hasta tres años de prisión o una multa.
No obstante, en el caso de los adolescentes, las consecuencias penales se rigen por el derecho penal de menores y las penas pueden ir desde una multa hasta el internamiento juvenil de entre seis meses y varios años, aunque más que el castigo se buscan medidas educativas, subraya el comunicado.