El impacto se produjo anoche en un huerto de la pequeña localidad de Kintskani, situada entre la capital regional, Tiraspol, y la localidad de Bendera.
Los militares y artificieros acudieron a la zona del impacto para ver si el fragmento del misil presentaba algún peligro y era necesario desactivarlo, informó a la prensa moldava un representante de la Comisión de Control Unificado que integra a las fuerzas de paz moldavas, rusas y transnistrias.
Los especialistas concluyeron que, aunque se incrustó parcialmente en la tierra, la cabeza del misil no estalló, por lo que ha podido ser retirado sin causar daños materiales o personales.
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Desde el comienzo de la guerra en febrero de 2022, ya son varios los impactos de misiles que caen en territorio de Moldavia, incluido Transnistria.
Esto ha obligado a las autoridades a cerrar provisionalmente el espacio aéreo del país, que comparte más de 1.200 kilómetros de frontera con Ucrania.