“Estamos pidiendo a la Madre Tierra (Pachamama) el agua para todos los departamentos bolivianos”, dijo a EFE Víctor Mamani, el principal representante de los guías espirituales ancestrales en La Paz, Bolivia.
Una comitiva de varios amautas, hombres y mujeres, se apostaron en la montaña Chacaltaya, en plena cordillera de los Andes, considerada una "waka" o lugar "sagrado" para las culturas milenarias y en donde realizaron los ritos para que las deidades otorguen la "bendición" de la lluvia.
El acceso al lugar, que hace casi dos décadas fue un glaciar y un famoso centro de esquí, se realiza por un estrecho y empinado camino escarpado que está a unos 25 kilómetros al norte de El Alto, ciudad contigua a La Paz.
Los ritos se hicieron en una meseta, al borde de un acantilado rodeado por montañas con escasa nieve, donde los amautas apilaron trozos de leña y colocaron en un par de cestas varias tablillas de azúcar, flores, incienso, hojas de coca y moldearon dos llamas hechas con grasa animal, que forman la ofrenda (wajta) a la Pachamama.
La ceremonia "tiene que prepararse con todo cariño y coraje", el grupo de amautas debe tener "bastante conocimiento" y ser "personas elegidas", señaló Mamani.
Después, los "guías espirituales" recitaron plegarias al cielo mientras resonaban un par de flautas andinas y un tambor y luego le prendieron fuego a las ofrendas.
Mamani indicó que el ritual es para "los nueve departamentos", que integran al país, pero en especial para Oruro, La Paz y Potosí, en donde la sequía es "total".
La situación es crítica en la ciudad de Potosí ya que tiene solo un 15 % de reservas de agua, por lo que se planifica que "cada dos días" se haga la dotación del líquido, explicó este viernes el gerente de la Administradora Autónoma de Obras Sanitarias (Aapos), Carlos Chumacero.
En Oruro se analiza la declaratoria de "desastre departamental" ante la falta de agua que ya afectó al ganado camélido y otras especies nativas que han comenzado a morir, indicó la Gobernación.
En las ciudades de La Paz y El Alto, las autoridades locales realizan el seguimiento de los niveles de las distintas represas y alistan algunos planes de emergencia en el caso de que, por la falta de lluvias, la reserva del líquido sea menor en las siguientes semanas.
La crisis hídrica empujó a la Gobernación de Cochabamba, región en el centro del país, a declarar la “emergencia departamental”.
Asimismo, algunos municipios en la región oriental de Santa Cruz se declararon en “desastre” por la sequía.