La inscripción de la ESMA en este listado se produjo sin ningún tipo de debate y con el apoyo de los países participantes en la sesión como Japón, que destacó el sentido de solidaridad surgido especialmente en Iberoamérica; Bélgica, que consideró que esta inclusión sienta un precedente para lugares con un simbolismo similar, y México, que lo definió como un acto de justicia para todas las familias “víctimas del terrorismo de Estado”.
Tras sus intervenciones y conocer definitivamente la declaración de la ESMA como parte del Patrimonio Mundial, los representantes de la delegación argentina aseguraron, entre llantos de emoción, que era “un honor transmitir este momento histórico”, y dieron paso a las declaraciones grabadas del presidente de Argentina, Alberto Fernández.
“Durante la dictadura, en la antigua Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) de Buenos Aires, el gobierno militar llevó a cabo las torturas del horror. Hubo detenidos, torturados, exiliados, muchos desaparecidos, los vuelos de la muerte... Seguimos buscando los restos”, afirmó Fernández.
El presidente argentino indicó que este “terrorismo de Estado enseñó al pueblo los horrores” y destacó la figura de las mujeres, abuelas, madres, esposas buscando a hijos, nietos y maridos en este “capítulo negro” de la historia del país que ahora celebra 40 años de democracia.
“Estas mujeres nunca buscaron venganza, pero exigieron justicia, verdad y reparación y eso es lo que buscamos”, dijo Fernández en referencia al simbolismo que adquiere la ESMA con su inclusión en la lista de Patrimonio Mundial.
Con esta inscripción, Argentina alcanza los doce sitios inscritos en el listado de patrimonio mundial de la Unesco.
¿Qué pasó en la ESMA?
Entre 1976 y 1983, las instalaciones de la ESMA fueron parte fundamental del esquema represivo que tuvo su epicentro en este edificio, donde funcionó el Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio.
“Aquí, la Marina secuestró, torturó y desapareció a más de 5.000 hombres y mujeres. Las graves violaciones a los derechos humanos, el plan sistemático de robo de niños nacidos en cautiverio y el exterminio de prisioneros que eran arrojados vivos al mar durante los llamados vuelos de la muerte, hacen de este edificio un símbolo del genocidio que tuvo lugar en el país”, según la descripción recogida en la web de la Unesco.
Se trata de la primera candidatura aprobada de las tres presentadas este año de lugares de memoria vinculados a conflictos recientes ya que, hasta ahora, el campo de Auschwitz-Birkenau y el Memorial de la Paz de Hiroshima eran los dos únicos sitios de este tipo del último siglo inscritos en la lista.
Además de la ESMA, se espera que la Unesco discuta el centro funerario y de la memoria del Frente Occidental de la Primera Guerra Mundial en Francia y Bélgica, además de los lugares que recuerdan el genocidio de Ruanda.
La Unesco continúa hasta mañana con los exámenes de las candidaturas para la inscripción de los últimos sitios como Patrimonio Mundial.