La mancha de agua de mala calidad creció un 31 % respecto a 2022 y un 88 % respecto a 2021, año en que la extensión afectada se redujo hasta los 85 kilómetros, según el estudio que evaluó más de la mitad del recorrido de un río que mide 1.100 kilómetros.
El agua de calidad "impropia" no puede ser utilizada para abastecer viviendas ni para practicar deportes como la pesca, y mucho menos para el consumo humano, apuntó la ONG.
La contaminación del principal río de la mayor ciudad de Suramérica, que llegó a afectar a unos 243 kilómetros en 2010, había reportado una tendencia a la baja desde entonces, pero en los últimos dos años esta mejora se ha revertido.
El coordinador de SOS Mata Atlântica, Gustavo Veronesi, atribuyó el retroceso a la reactivación económica tras el parón causado por la pandemia en 2020 y 2021, así como al número de viviendas de la región metropolitana que aún no están conectadas a la red de alcantarillado público.
"Se necesita una política seria de vivienda y una mejora en la política de saneamiento básico. ¿Cómo vamos a exigir a una persona que se conecte a la red de alcantarillado si ni siquiera tiene una casa digna para vivir?", reclamó Veronesi en declaraciones a EFE.
Pese al aumento de la extensión del agua contaminada, la ONG también reportó un incremento de los trechos con agua de buena calidad en las regiones más alejadas de la ciudad, gracias a la mejora del líquido anteriormente considerado "regular".
El Gobierno del estado de São Paulo anunció en marzo que invertiría 5.600 millones de reales (unos 1.100 millones de dólares) hasta 2026 en la limpieza del Tietê, dando continuidad a unos esfuerzos que arrancaron hace 30 años.
El plan estatal incluye la ampliación de la red de alcantarillado público, el aumento de la capacidad de tratamiento de las aguas residuales, y la recuperación de la fauna y la flora afectadas por el alto nivel de contaminación.