“Tenemos 42 municipios afectados, de los cuales 20 se han declarado ya con problemas de sequía. Las comunidades son 476, las familias afectadas 27.808″, dijo Gonzales al canal estatal Bolivia TV.
Por ahora se han reportado 48.788 animales afectados, principalmente ganado, y también hay una superficie de 5.000 hectáreas de cultivos dañados por la falta de agua, si bien "su incidencia es casi nula" y el abastecimiento de alimentos en el país "está garantizado", señaló.
Además, la campaña de siembra de verano comienza a fines de octubre, cuando se espera que inicie la temporada de lluvias en el país, agregó.
No obstante, Gonzales admitió que algunos productos como el ajo, cebolla, zanahoria o limón encarecieron porque "los están llevando de contrabando" a países vecinos donde se venden al doble del precio en el mercado interno.
Las regiones más afectadas por la falta de agua son el departamento andino de Oruro, el sur de La Paz y el norte de Potosí.
El ministro resaltó la inversión superior a 8.000 millones de bolivianos (1.149,4 millones de dólares al cambio de hoy), en obras como la construcción de represas.
También se perforaron pozos de aguas profundas en las áreas rurales de La Paz, Oruro, Cochabamba y Santa Cruz.
Según Gonzales, el abastecimiento de agua en las zonas urbanas "está garantizado" porque "constantemente se va aumentando la cantidad de represas" teniendo en cuenta que la mayoría de la población se concentra en las ciudades.
En el área rural se han perforado 866 pozos y se prevé llevar agua en cisternas a las comunidades donde aún no se llegó con esas obras, indicó.
El miércoles, el Ministerio de Medio Ambiente y Agua anunció una campaña para el uso eficiente del agua ante la sequía que azota a varias regiones y una reunión con gobernadores y alcaldes para tratar esta emergencia.
Varias regiones del país se han declarado en emergencia por la falta de lluvias que impactó en los caudales de ríos y lagunas y en los cultivos, mientras que la población teme que se registre un racionamiento de agua en los hogares, como ocurrió a fines de 2016 en La Paz.