“Si hubiera un servicio meteorológico que operara con normalidad podría haber lanzado alertas, y equipos de emergencia podrían haber iniciado evacuaciones, con lo que se habrían evitado la mayoría de las víctimas”, aseguró en rueda de prensa el secretario general de la organización, Petteri Taalas.
"El problema es que el servicio meteorológico libio no funciona debido a la caótica situación en el país", señaló el experto finlandés en referencia a años de guerra civil e inestabilidad política.
Taalas subrayó que la OMM ha intentado colaborar los últimos años con las autoridades libias para recuperar los sistemas de prevención ante desastres meteorológicos, pero que la inseguridad en el país ha dificultado estos trabajos.
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"Muchos sistemas de observación quedaron destruidos en un país que era próspero y en el pasado tenía servicios de este tipo bastante modernos", añadió el máximo responsable de la OMM.
Taalas destacó el caso de Libia para promover el actual programa de la OMM para mejorar los sistemas de alerta meteorológica global, con un presupuesto de 3.100 millones de dólares y cuyo objetivo es lograr que todos los países del planeta estén cubiertos por este tipo de servicios en el plazo de cinco años.
El programa ya está trabajando con 30 países del grupo de economías menos desarrolladas, principalmente naciones africanas pero también estados insulares y del sur de Asia y Latinoamérica, con la meta de aumentar la cifra de beneficiados a 100 economías en 2027.
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Taalas subrayó que el plan tiene especialmente en cuenta la situación de países en conflicto, como la mencionada Libia, Sudán (donde buena parte de los trabajadores de los servicios meteorológicos han huido del país) o Ucrania, con un tercio de sus estaciones de observación destruidas.
El máximo responsable de la OMM afirmó que el objetivo de los sistemas de alerta no debe ser sólo observar posibles desastres meteorológicos sino también medir su posible impacto, lo que puede llevar a decidir que se pongan en marcha planes de evacuación y otras medidas preventivas.
Taalas recordó que hubo casos en los que la alerta meteorológica funcionó pero no se actuó convenientemente después, caso del huracán Katrina en el sur de EEUU en 2005 o, más recientemente, con las inundaciones que sufrieron Alemania y otros países de Europa Central en 2021.