La situación de emergencia afecta a cuatro municipios y otros quince se encuentran en alerta ante los incendios.
Desde el 1 de septiembre, se han registrado 4.127 focos en el estado, frente a 4.905 en la misma época del año pasado, según muestran las imágenes satelitales del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales.
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El gobierno estatal afirmó en un comunicado que prevé que la sequía de este año sea “más prolongada y más intensa” que en años anteriores, debido al impacto del fenómeno climático conocido como El Niño, que provoca una disminución de las lluvias en esta región.
Las medidas para enfrentar la situación, anunciadas en una rueda de prensa por el gobernador Wilson Lima, incluyen el envío de ayuda humanitaria y la distribución de paquetes de higiene personal entre la población afectada.
Además, el gobernador aseguró que se apoyaría a productores rurales mediante la renegociación de las deudas.
El estado de Amazonas, el más extenso del país, incluye dentro de sus límites la mayor proporción de la Amazonía brasileña, que vive amenazada por la minería ilegal y el avance del sector agropecuario.
Desde que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva llegó al poder en enero, se han registrado mejoras en los índices de deforestación de la Amazonía, gracias a un aumento de la vigilancia y de las sanciones.
Las alertas por deforestación cayeron un 66 % en agosto respecto al mismo mes del año pasado y llegaron al menor nivel desde 2018.