En un céntrico cine beirutí, decenas de jóvenes, muchas de ellas vestidas de rosa o con prendas con el logotipo de la famosa muñeca Barbie de Mattel, aguardan desde un buen rato antes de que comience la sesión, pese a que todas las entradas fueron vendidas con antelación.
"Es un sueño de la infancia yo creo que para todo el mundo, es muy emocionante esperar a 'Barbie' una semana después. Queremos saber qué es esto de lo que todo el mundo ha estado hablando", explicó a EFE Yasmina, una espectadora de 21 años.
"No soy una persona que se vista de rosa, pero hoy me he vestido de rosa (...) Me lo he puesto para sentirme joven de nuevo", agrega visiblemente animada junto a su amiga, también ataviada con un vestido fucsia.
Hace alrededor de un mes, el ministro libanés de Cultura, Mohamed Murtada, ordenó prohibir la proyección del filme al considerar que "promueve la homosexualidad", y que va en contra de los "valores morales" y familiares prevalentes en el Líbano.
Murtada emitió entonces una circular en la que pedía a la Seguridad General que tomase "todas las medidas necesarias" para evitar que la película dirigida por Greta Gerwig fuese proyectada en el país, donde su estreno estaba previsto inicialmente para el pasado 31 de agosto.
Sin embargo, el comité censor libanés discrepó con la opinión del ministro y "Barbie" llegó hoy finalmente a los cines del país, que fueron los encargados de anunciarlo en sus respectivas carteleras sin que las autoridades salieran a aclarar la polémica.
Yasmina cree que el ministro estaba tratando de evitar potenciales repercusiones "negativas" en el Líbano, pero defiende que "al mismo tiempo todos los libaneses deben ver la realidad" y muchos estarán expuestos igualmente a "otras culturas" cuando viajen.
Aunque el Líbano es considerado uno de los países menos conservadores y con mayor libertad de expresión en la región, la polémica por el filme protagonizado por Margot Robbie y Ryan Gosling llegó en momentos difíciles para la comunidad LGTBI.
Hace apenas dos semanas, un grupo de presuntos extremistas cristianos atacó un bar beirutí frecuentado por miembros de la comunidad, gritando contra la homosexualidad e incluso golpeando a algunos de los presentes.
Las retóricas hostiles contra ellos han aumentado en el último mes, después de que el líder del grupo chií Hizbulá, Hasán Nasrala, cargase en más de un discurso público contra las relaciones homosexuales, llegando a decir que quienes participen de ellas deben ser “matados”.