En estos sucesos hubo además al menos 56 heridos y 222 detenidos, indicó en rueda de prensa la portavoz de la oficina, Ravina Shamdasani, quien consideró los hechos “extremadamente alarmantes” y pidió que “los responsables de violaciones rindan cuentas, sin importar su afiliación”.
Las protestas del 30 de agosto fueron convocadas por una secta religiosa del este de la República Democrática del Congo (RDC) contra la misión de las Naciones Unidas (Monusco) en el país, a la que acusan de no proteger a los civiles en esa zona golpeada por la acción de grupos armados.
La portavoz también señaló que "es crucial que los derechos de los detenidos sean plenamente respetados", y que los organismos de Naciones Unidas sobre el terreno puedan contactar con ellos.
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Shamdasani agregó que "las personas tienen derecho a expresarse libremente y a la manifestación pacífica, incluso ante Naciones Unidas y otros actores"
El Gobierno congoleño aseguró que los manifestantes habían alterado el orden público y causado la muerte de un agente de la Policía, lo que provocó la intervención de las fuerzas de seguridad para restablecer “la tranquilidad y serenidad”
Los manifestantes pertenecían a la secta Fe Natural Judaica Mesiánica para las Naciones (FNJMN), cuyos miembros se hacen llamar "wazalendo" ("patriotas", en suajili), como se conoce a las milicias armadas que colaboran con el Ejército congoleño para luchar contra otros grupos rebeldes en el este del país.
No es la primera vez que la población congoleña sale a la calle para protestar contra la Monusco, presente en la RDC desde hace más de dos décadas y a la que a menudo se le acusa de no hacer lo suficiente para proteger a los civiles del más de un centenar de grupos armados que operan en el este del país.
El este de la RDC, en el que Goma es una de las principales ciudades, lleva más de dos décadas sumido en un conflicto alimentado por las milicias rebeldes y los ataques de los soldados del Ejército, pese a la presencia de la Monusco, con alrededor de 16.000 efectivos desplegados.