Se trata de Tregiffian Cottage, una casa con vistas al Canal de la Mancha, en la que David Cornwell, el verdadero nombre del autor, se refugiaba para inspirarse en historias de espías que, en muchos casos, fueron llevadas al cine o la televisión.
La vivienda, con un terreno de más de una hectárea, dispone de cuatro habitaciones, cuatro baños y un anexo para invitados, además de unas dependencias de madera, que incluyen una oficina, una piscina cubierta y un taller de jardinería.
El escritor se enamoró del paradisíaco condado de Cornualles en los pasados años sesenta, mientras hacía una caminata por un sendero costero de este rincón inglés con el paisajista John Miller.
Cuando el sol empezaba a ponerse cerca de Lamorna, en el sur de Cornualles, el artista le señaló tres cabañas de pescadores en ruinas y le dijo: "Eso es lo que necesitas comprar".
La recomendación, hecha a finales de los sesenta, resultó ser beneficiosa porque Le Carré se hizo con la compra de Tregiffian Cottage, resalta el periódico británico.
"Cada novela de Le Carré desde 1970 en adelante debe al menos parte de su génesis y la mayor parte de su tiempo de escritura a esa casa", dijo al diario Nick Cornwell, hijo del escritor.
Una vez que se mudó a la vivienda con su esposa, Valerie, el autor se dedicó a restaurarla, y también las dependencias, hasta convertirla en una cómoda casa familiar en la costa inglesa.
Le Carré -autor de éxitos como "El espía que surgió del frío", "El jardinero fiel", "El sastre de Panamá" o "El infiltrado"- murió en diciembre de 2020 en un hospital de Truro, ciudad de Cornualles.
Aunque también tenía una propiedad en Londres, Le Carré escribía principalmente en su salón de su casa costera, según el periódico.
Tras estudiar idiomas en la Universidad de Oxford (Inglaterra), Le Carré se unió al mundo del espionaje al trabajar para los servicios secretos MI5 (interno) y MI6 (externo), y dedicarse después a la literatura.