El gobierno argentino decretó hoy el congelamiento de las tarifas de autobuses y trenes en el área metropolitana de Buenos Aires, la más poblada del país con 14 millones de habitantes, para aliviar el impacto de una inflación que supera 100% interanual.
El congelamiento de tarifas del transporte sigue al anuncio de otras medidas impositivas y de pagos extras a jubilados, cuando faltan siete semanas para las elecciones presidenciales del 22 de octubre en las que el candidato oficialista es el ministro de Economía, Sergio Massa.
Los boletos de autobuses en la Ciudad de Buenos Aires y su populoso conurbano seguirán costando hasta un máximo de 72 pesos y los de trenes, hasta 53 pesos (0,20 y 0,15 dólares, respectivamente, según el tipo de cambio oficial).
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En otro decreto, el gobierno ordenó el pago a trabajadores estatales y privados de una remuneración extra de 60.000 pesos (165 dólares) en dos cuotas “por única vez”.
Sin embargo, cámaras empresarias y varios gobiernos provinciales anticiparon esta semana que no podrían afrontrar el costo de la medida.
Argentina devaluó el peso un 20% frente al dólar al día siguiente de las elecciones primarias en las que el partido del opositor ultraliberal Javier Milei, que propone dolarizar la economía, resultó el candidato más votado, con 30%, seguido por la derechista Juntos por el Cambio (28,3%) y por el oficialista Unión por la Patria (27,3%).
Esta semana, Sergio Massa, dispuso también postergar hasta noviembre los aumentos previstos en combustibles y servicios de medicina prepaga, que estaban acordados con el sector privado.
La devaluación del peso, exigida por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el marco de un acuerdo crediticio por 44.000 millones de dólares negociado en 2021, impulsó la inflación, que alcanzará los dos dígitos en agosto, según analistas, tras el 6,3% mensual de julio.