Bongo, la continuidad política de Gabón a la sombra del fraude electoral y la corrupción

Libreville, 30 ago (EFE).- El presidente Ali Bongo, que dirige Gabón desde 2009, ha representado la continuidad política del país africano pese a las acusaciones de fraude electoral y corrupción que han salpicado a su régimen.

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Bongo, de 64 años, ganó las elecciones presidenciales del pasado sábado con el 64,27 % de los votos, anunció hoy la Comisión Electoral Nacional Autónoma y Permanente (Cenap).

El mandatario, cuyo triunfo le otorga un tercer mandato de cinco años, se impuso a su principal rival, el candidato de la coalición opositora Alternancia 2023, Albert Ondo Ossa, que quedó en segundo lugar con un 33,77 % del escrutinio.

Ossa había denunciado "un fraude orquestado" por parte del Partido Democrático Gabonés (PDG) del presidente Bongo en los comicios, que tuvieron lugar sin la presencia de observadores internacionales.

Horas después del anuncio, un grupo de militares emitió un mensaje televisado asegurando que el Ejercito tomaba el poder y anulaba las elecciones, un golpe que puede acabar con carrera política del mandatario.

Nacido en 1959 en Brazzaville, capital de la República del Congo, Ali Bongo tuvo presente la política desde una edad temprana y, tras formarse en Francia, regresó a Gabón donde ocupó varios cargos gubernamentales y ministeriales en el Ejecutivo de su padre, Omar Bongo, que gobernó desde 1967 hasta 2009, cuando murió por un cáncer en un hospital de Barcelona (España).

Casado y padre de cuatro hijos, tras la muerte de su progenitor Bongo se postuló como candidato presidencial y ganó las elecciones, convirtiéndose en el tercer presidente de Gabón desde su independencia.

Su presidencia ha estado marcada por sus esfuerzos para modernizar y diversificar la economía del país más allá del petróleo, principal fuente de ingresos de Gabón y que hizo de su padre uno de los hombres más ricos del planeta.

"Es vital diversificar nuestra economía, crear más valor añadido localmente, reducir las importaciones y nuestra dependencia de la extracción de materias primas", declaró en un discurso en el Parlamento gabonés en 2021.

Ali Bongo también ha destacado por su interés en la protección del medioambiente y la lucha contra el cambio climático, apostando por la creación de parques nacionales o el desarrollo de sectores económicos sostenibles, como el ecoturismo y la agricultura, con el fin de lograr la autosuficiencia alimentaria.

"Nuestro compromiso de situar la acción contra el cambio climático en el centro de las políticas de desarrollo de nuestros países es la única respuesta que nos permitirá aprovechar las oportunidades de esta crisis", dijo en 2017 en un discurso en una reunión de jefes de Estado y de Gobierno sobre el cambio climático de la Unión Africana.

MÁS DE CINCO DÉCADAS DE GOBIERNO DE LA FAMILIA BONGO

Pero su figura es también muy cuestionada por representar la concentración excesiva de poder y de recursos en manos de una élite y suponer un desafío para la democracia en el país.

Su nombre apareció entre las más de 330 personalidades que figuran en los llamados "Papeles de Pandora" como beneficiario de dos sociedades, hoy disueltas, situadas en paraísos fiscales, constituidas en 2007 y 2008, cuando era ministro de Defensa de su padre.

Y es que la familia Bongo ha gobernado durante más de cinco décadas esta pequeña nación petrolera de África ecuatorial con poco más de dos millones de habitantes, en la que un tercio de la población vive con unos dos dólares al día, según el Banco Mundial.

En 2007, una investigación anticorrupción liderada por la Policía francesa reveló que la familia Bongo mantenía 39 propiedades en Francia, además de 70 cuentas bancarias y al menos nueve coches de lujo, incluidos Ferrari y Mercedes, por un valor total de 1,5 millones de euros.

Aquella información fue negada por la Presidencia gabonesa, que desmintió cualquier implicación en ese asunto.

En 2016, Ali Bongo se presentó nuevamente a las elecciones presidenciales en las que la oposición se reunió en torno a un candidato único, Jean Ping, a quien Bongo venció con menos de 6.000 votos de diferencia, en unos comicios cuestionados dentro y fuera del país que generaron una grave crisis poselectoral.

Dos años más tarde, la continuidad política de Gabón pareció tambalearse tras la hospitalización de Bongo en el extranjero por una "fatiga severa", según la Presidencia, aunque medios locales aseguraron, citando fuentes oficiales, que sufrió una apoplejía.

Durante su ausencia, surgieron especulaciones sobre su capacidad para gobernar y se produjeron tensiones políticas y una tentativa fallida de golpe de Estado de un día de duración en 2019, pero a su regreso al país continuó ejerciendo sus funciones como presidente.

Aunque la oposición considera que Bongo ya no cuenta con capacidad física y mental para gestionar el país, su reelección en los comicios del pasado sábado queda ahora en el aire tras el golpe de Estado anunciado hoy por los militares.

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