"Queridos hermanos y hermanas, el próximo jueves partiré para un viaje de unos días al corazón de Asia, en Mongolia. Será una visita muy deseada y la ocasión para abrazar una iglesia pequeña en los números pero viva en la fe y grande en la caridad", dijo desde la ventana del Palacio Apostólico.
Francisco, el primer pontífice en visitar el país asiático, también reconoció su deseo de "encontrar de cerca a un pueblo noble, sabio, con una gran tradición religiosa que -dijo- tendré el honor de conocer especialmente en el contexto de un evento interreligioso".
"Deseo dirigirme a vosotros, hermanos y hermanas de Mongolia, para deciros que me siento feliz de viajar entre vosotros como hermanos de todos. Agradezco a vuestras autoridades por la invitación y a todos los que, con gran compromiso, está preparando mi llegada. Os pido a todos acompañar mi viaje con la oración".
Por otro lado, el papa también expresó su cercanía y solidaridad a las víctimas de los incendios desatados en el nordeste de Grecia, así como a Ucrania, que "sufre mucho" por la guerra con Rusia.
"No olvidemos a Ucrania", animó, como suele hacer cotidianamente en los discursos que ofrece.