“El análisis independiente sobre el terreno del OIEA confirmó que la concentración de tritio en el agua diluida que se está vertiendo está muy por debajo del límite operativo de 1.500 becquerelios por litro”, señaló en un comunicado el director general de ese organismo de la ONU, Rafael Grossi.
La Organización Mundial de la Salud establece un límite de 10.000 becquerelios por litro de agua para consumo.
En su nota, el OIEA aseguró que el vertido, que comenzó este jueves, está siendo seguido por sus expertos para asegurarse de que se lleva a cabo según lo previsto y de conformidad con las normas de seguridad del Organismo.
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El OIEA anunció que estará presente mientras se proceda a la descarga del agua en el mar, y anunció la creación de una página web en la que se ofrecerán datos en directo sobre la cantidad de agua vertida, el control de la radiación y la concentración de tritio.
Japón comenzó este jueves a verter al Pacífico agua contaminada procedente de la planta nuclear de Fukushima, que sufrió un grave accidente en 2011 debido a un terremoto y un tsunami.
El agua ha sido tratada para retirarle la mayor parte de residuos radiactivos, a excepción del tritio y del carbono-14.
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En la primera descarga, que se prolongará durante 17 días, se van a verter unas 7.800 toneladas de agua. Dado que no se puede detener por completo la generación de agua contaminada en el proceso de desmantelamiento de la central, se espera que el vertido se prolongue durante unos 30 años.
Los pescadores japoneses de oponen al vertido, así como sectores de la sociedad nipona, voces de la comunidad científica internacional y organizaciones ecologistas como Greenpeace, que consideran insuficientes las garantías de seguridad presentadas, además de países vecinos, sobre todo China.