Un informe de la misión de la ONU en el país (Monusco) y de la Oficina local de derechos humanos de la ONU, dado a conocer este jueves en Nueva York, señala que de esas muertes violentas, cabe imputar un 95 % a los grupos armados que operan en la zona, especialmente en las provincias de Ituri, Kivu Norte y Kivu Sur.
Las elecciones legislativas del próximo diciembre se presentan como muy tensas, y cinco meses antes ya se han registrado treinta incidentes violentos relacionados con esos comicios: ataques a colegios electorales, atropellos contra defensores de derechos humanos, periodistas y políticos de la oposición y arrestos arbitrarios de la Policía congolesa.
Partes de la provincia de Ituri han visto desde 2022 una grave escalada de ataques de grupos armados, sobre todo por parte de Codeco, que representa a la comunidad lendu (agricultores) y se formó como milicia en 2018 para luchar contra los abusos del Ejército congoleño.
Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por las milicias rebeldes y el Ejército, pese a la presencia de la misión de Monusco, con 16.000 efectivos sobre el terreno.