Una turba incendió los lugares de culto, afirmó a EFE un portavoz de la Policía de la zona de Jaranwala, Mohammed Naveed, “en respuesta” a las alegaciones de blasfemia que fueron amplificadas desde algunas mezquitas del vecindario.
Según la fuente, los asaltantes también vandalizaron casas propiedad de cristianos, provocando la huida de la localidad de algunos miembros de esta minoría, unos 2,6 millones de personas o el 1,27 % de la población en Pakistán según el último censo.
El joven cristiano “ha sido acusado de desgarrar las páginas del sagrado Corán y escribir palabras blasfemas contra el profeta Mahoma”, añadió Naveed.
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Ante la imposibilidad de la Policía de controlar a las turbas, las autoridades afirmaron haber llamado a la unidad policial militarizada Rangers.
Queman varias iglesias ante los jóvenes
El espeso humo desatado por los muebles incendiados frente a una modesta iglesia, ante la mirada de decenas de jóvenes, fue una de las imágenes de la jornada de violencia contra la minoría cristiana, lamentó el presidente de la iglesia de Pakistán, el obispo Azad Marshall, en la red social Twitter.
“Me fallan las palabras mientras escribo esto. Nosotros, obispos, curas y personas comunes estamos profundamente doloridos y afligidos”, dijo Marshall, que acusó a las turbas de “profanar” biblias y “torturar y acosar” a cristianos falsamente acusados.
La cabeza de la iglesia paquistaní pidió una intervención inmediata a las autoridades para detener la violencia, mientras que la Policía paquistaní ha registrado un caso contra dos jóvenes cristianos por dañar el Corán e insultar al profeta Mahoma.
El delito de blasfemia fue establecido en la época colonial británica y endurecido por el dictador Mohamed Zia-ul-Haq en los años 1980 y conlleva la pena de muerte en Pakistán, aunque nunca nadie ha sido ejecutado por ello.
Queman varias iglesias y pueden sentenciar a muerte
En el caso más conocido en Pakistán de blasfemia contra un miembro de la minoría cristiana, Asia Bibi fue sentenciada a muerte en 2010 aunque finalmente recibió la absolución del Tribunal Supremo en 2018, desatando protestas multitudinarias.
Las acusaciones de insultar al islam suelen desatar ataques y linchamientos contra las personas supuestamente culpables.
Así sucedió el pasado febrero, cuando una turba irrumpió en una comisaría en el este de Pakistán y mató a golpes a un hombre al que acusaban de haber profanado el Corán.