La Sala II del Tribunal de Casación Penal en La Plata, capital de provincia de Buenos Aires, comenzará a analizar los recursos de apelación planteados por la defensa de los procesados, después de que cinco de ellos fueran condenados a prisión perpetua y los otros tres a 15 años de cárcel.
Los imputados, que en el momento del crimen tenían entre 21 y 23 años, apelaron las penas con la intención de reducir sus sentencias, mientras que los padres de la víctima buscan que los jueces eleven los años de cárcel para quienes no recibieron la perpetua.
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Los condenados
La defensa de los imputados, Máximo Thomsen, Matías Benicelli, Enzo Comelli, Blas Cinalli, Ayrton Viollaz y Luciano, Ciro y Lucas Pertossi mintentará plantear la nulidad de las perpetuas y centrar el delito como "homicidio en riña", que en Argentina tiene una pena máxima de 6 años.
"Seguimos confiando plenamente en los abogados que nos representan. Esperemos que la Justicia dé perpetua para todos", expresó la madre de Fernando, Graciela Sosa, a la prensa.
Por su parte, el padre de la víctima, Silvino Báez, relató que no vio arrepentimiento en los asesinos de su hijo.
"Tratan de zafar como pueden. Me hubiera gustado que esto haya terminado, pero los tiempos de la Justicia son otros. Tengo que volver a ver cómo matan a mi hijo", agregó Báez.
El crimen fue grabado por cámaras de seguridad en la vía pública y por algunos testigos, que presenciaron al grupo de ocho personas emboscando y golpeando hasta dar muerte al joven estudiante de abogacía.
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Los rugbiers
De acuerdo a la reconstrucción del Ministerio Público Fiscal, los 'rugbiers', como se les conoce en la prensa ya que todos practicaban el deporte de la pelota ovalada, "se pusieron de acuerdo para darle muerte" a Fernando Báez Sosa.
Esperaron a que la Policía y el personal de seguridad del local se alejaran de la zona para sorprender al joven, que salía de una discoteca de Villa Gesell, lugar turístico preferido por la juventud para pasar el verano.
Lo atacaron por la espalda hasta que cayó al suelo, donde continuaron propinándole patadas y golpes de puño hasta dejarlo inconsciente. Báez Sosa murió producto de "múltiples traumatismos de cráneo".
El caso generó el repudio generalizado de la sociedad argentina, por lo cual se debió tomar medidas de seguridad durante el juicio, que fue transmitido diariamente por la televisión del país.
También alcanzó repercusión en Paraguay, país de procedencia de los padres de la víctima.