"Después de repetidos ataques y amenazas de los colonos y de no tener otra opción, la comunidad beduina de Al Qabun, ubicada al este de Ramala, abandonó sus hogares esta semana", explicó Btselem a través de un comunicado, en el que detalló que la mayoría de los miembros de esta comunidad de 86 personas ya abandonó el sitio, incluidos 26 menores.
La partida de las 12 familias que componen la comunidad pone fin a 27 años de residencia ininterrumpida en el sitio y llega tras un incesante aumento de ataques por parte de colonos judíos, que desde febrero de este año han entrado con frecuencia a Al Qabun, amenazado a sus habitantes y se han apoderado de sus campos de cultivo.
"Al Qabun es la cuarta comunidad de la zona que ha tenido que huir debido a las políticas israelíes, que imponen condiciones imposibles a los residentes locales para empujarlos a irse, allanando así el camino para apoderarse de sus tierras y transferirlas a manos judías", denunció Btselem.
Estas políticas, agregó la organización, incluyen "la prohibición de la construcción de residencias y de infraestructura, el establecimiento y financiación de asentamientos judíos en tierras palestinas y ataques violentos prácticamente todos los días por parte de colonos".
La violencia colona se ha disparado en el último año y, en los primeros seis meses de 2023, la ONU documentó 591 incidentes relacionados con colonos que resultaron en víctimas palestinas o daños a la propiedad, o ambos.
Esta cifra marca un aumento del 39 % frente al mismo periodo de 2022, cuando ya se había registrado el número más alto de incidentes desde que la ONU inició el registro en 2006.
En lo que va de este año, 10 palestinos han muerto y cerca de 2.000 han resultado heridos en Cisjordania durante incidentes violentos con colonos, según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, OCHA.
Sin embargo, muchos de estos crímenes terminan sin procesos o sentencias condenatorias para los agresores.