En declaraciones a la emisora FranceInfo, Stéphane Gabard afirmó que todo el departamento de Gironde está afectado, que la Cámara Regional de agricultura “estima que el 90 % de las parcelas están tocadas”, y que en algunos casos los daños alcanzan al 100 % de la parcela.
Gabard achacó la emergencia de la enfermedad al cambio climático, ya que este año “hemos tenido un clima casi subtropical, con temperaturas elevadas y unas precipitaciones muy importantes”.
Eso hace que las hojas de las viñas “estén mojadas durante una gran parte de la jornada”, lo que genera “las condiciones ideales” para la aparición del mildiu, un hongo parásito, a pesar de que los agricultores han tratado sus viñas de forma preventiva, aseguró el dirigente agrario.
Cambio climático “muy evidente”
Recalcó que el cambio climático es muy evidente en la zona, ya que por ejemplo este año la vendimia comenzará una media de tres semanas a un mes antes de lo que se hacía hace una quincena de años.
Gabard lamentó que los seguros agrarios no consideran el mildiu como una catástrofe natural y por ello no recibirán indemnizaciones por los daños causados por esta plaga.
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La plaga llega en momentos difíciles para los vinos de Burdeos, después de que el Gobierno y los viticultores firmaron en junio pasado un acuerdo para arrancar 9.500 hectáreas de viñas, casi un 9 % de las 110.000 incluidas en esa denominación de origen, ante la crisis generada por el descenso de las ventas y el aumento de la producción.
Según el Gobierno, esos arranques son considerados "sanitarios", pues buscan evitar la expansión de una enfermedad, la flavescencia dorada, que afecta a viñas abandonadas por falta de rentabilidad.
Sin embargo, los viticultores consideran que actualmente cerca de 40.000 hectáreas de Burdeos se cultivan con pérdidas.