Cerca de la mitad de los indígenas, el 51,25 %, residen en los estados que integran la región amazónica, según los datos presentados por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
El fuerte aumento de la población indígena, que contrasta con el crecimiento general del 6,5 % de la población brasileña, se debe en gran medida a los cambios de metodología del censo.
Por primera vez, en el censo de 2022 se preguntó a toda la población del país si se consideran indígenas, una pregunta que antes solo se hacía a las personas que vivían en territorios indígenas.
"La gente se está sintiendo muy a gusto de decir que son indígenas, cuando antes lo ocultaban", dijo la ministra de los Pueblos Indígenas, Sônia Guajajara, en una rueda de prensa en la ciudad de Belém, donde este martes será inaugurada una cumbre de presidentes de países amazónicos.
De hecho, 1,1 millones de indígenas, el 63,27 % del total, viven fuera de las tierras ocupadas por los pueblos originarios y están repartidos por el 86,7 % de los municipios del país, según reveló el censo.
Las tierras indígenas más populosas son la Yanomami, con 27.152 habitantes, seguida de Raposa Serra do Sol, con una población de 26.176 nativos, y el territorio Évare I, con 20.177 personas.
La ciudad con mayor población indígena es Manaos, capital del estado de Amazonas, que es hogar de cerca de 71.700 indígenas.
Sao Paulo, la mayor ciudad de Brasil, ubicada a 1.500 kilómetros de la selva amazónica, es también una de las urbes con más indígenas del país, con 19.777 censados.
El censo indígena fue divulgado en la víspera de la Cumbre Amazónica, que se celebra entre martes y miércoles en Belém, capital de Pará, y que reunirá a los líderes de los ocho países de la región.
La cumbre pretende servir de plataforma para proponer una nueva estrategia para el desarrollo sostenible de la región amazónica y para la protección del medio ambiente y de los pueblos originarios.