Adenda de UE condicionaría leyes de países del Mercosur

La adenda que la Unión Europea entregó al Mercosur para ratificar el Tratado de Libre Comercio (TLC) y que contiene altos estándares medio- ambientales, de ser aceptada como está, condicionaría algunas leyes de los países sudamericanos. El anexo enviado en febrero pasado está siendo evaluado, por lo que la postura de los negociadores paraguayos –en línea con las de Argentina, Uruguay y Brasil– será clave para desarrollo del país.

Nuevas demandas de la Unión Europea para el Mercosur
Nuevas demandas de la Unión Europea para el MercosurArchivo, ABC Color

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Los equipos de negociadores del Mercosur y la Unión Europea (UE) tienen previsto reunirse en los próximos días –presumiblemente en Brasil, que ostenta la presidencia pro témpore del bloque sudamericano– para intentar alcanzar consensos sobre asuntos pendientes y es posible que tras la cita esté lista la contrapropuesta del Mercosur a la adenda medioambiental enviada en febrero pasado para la ratificación del TLC.

Desde 1995, la Unión Europea y el Mercosur están en tratativas para cerrar lo que se considera el mayor acuerdo comercial, de servicios e inversiones del mundo. Desde ese año, las negociaciones vienen tropezando y unos 800 millones de consumidores y productores agrícolas aguardan expectantes la resolución del tratado.

El progreso más significativo de las negociaciones se dio en 2019, con la firma del acuerdo político.

Pero el enfoque de desarrollo sostenible o “verde” que aparece de manera transversal en todo el anexo y que genera resistencia del lado de los sudamericanos pone en duda la fecha de ratificación del acuerdo.

Distintos líderes europeos vienen reiterando su interés de concretar finalmente el pacto en diciembre de esta año, pero no sin antes rubricar la nueva adenda.

Como en toda mesa de negociación, las partes expresan sus altas demandas –como es el caso de la UE, que defiende sus estándares medioambientales–, pero en este escenario la posición de los negociadores o representantes de la Cancillería de Paraguay es clave, cuya posturas firme no entreguista marcará el desarrollo y la industrialización del país.

El “Instrumento Conjunto Unión Europea-Mercosur” o anexo medioambiental, al que accedió ABC en exclusiva y en colaboración con la periodista

Sylvia Colombo para Folha de São Paulo, exige, entre otros tratados internacionales, el cumplimiento estricto de los “Acuerdos de París sobre el Cambio Climático”, del que Paraguay ya es signatario desde 2017, con la firma del entonces presidente Horacio Cartes.

Las cláusulas de febrero

Consta de nueve cláusulas. Las primeras cuatro comenzamos a publicar ayer: 1) “No regresión y niveles elevados y efectivos de protección medioambiental y laboral”, 2) “cambio climático”, 3) “diversidad biológica” y 4) “bosques”.

Y damos continuidad hoy con los tópicos de los puntos 5) “derechos laborales” y 6) “cooperación”. También: 7) “Derechos humanos”, 8) “sociedad civil” y 9) “monitoreo y control”. Considerando la extensión de las cláusulas, extraemos algunas que podrían ser de elevada importancia para el país.

Derechos laborales: Paraguay cuenta con una legislación del trabajo y existen numerosos convenios firmados con la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En el anexo de la UE para el Mercosur se incluye y reitera “el compromiso de respetar, promover y aplicar efectivamente las normas fundamentales del trabajo de la OIT, que son vinculantes tanto para la UE como para Mercosur, de conformidad con el artículo 4.3 del Capítulo TSD (Capítulo de Comercio y Desarrollo Sostenible en el Acuerdo de Asociación UE-Mercosur”, TSD, por sus siglas en inglés).

Esta sección, añade que “en aplicación de estos compromisos, la UE y el Mercosur se proponen hacer especial hincapié en la erradicación del trabajo infantil, así como en la libertad de asociación y el reconocimiento efectivo del derecho a la negociación colectiva” y que “la UE y Mercosur entienden que el compromiso con la aplicación efectiva implica que cada parte adopte las leyes y reglamentos pertinentes, y ejerza su jurisdicción y control estableciendo un sistema para garantizar el cumplimiento de los requisitos de las normas fundamentales del trabajo de la OIT”.

Sobre Cooperación: las partes acuerdan, entre otros puntos, “el desarrollo de cadenas de valor sostenibles en toda la UE y Mercosur, en particular mediante la mejora de la trazabilidad, la transparencia y la diligencia debida, así como la promoción de la economía circular y la eficiencia en el uso de los recursos”, así como la “conservación y la gestión sostenible de los recursos naturales; el apoyo al papel de las comunidades indígenas y locales en la protección de los bosques; el fomento de la investigación y el desarrollo, por ejemplo en el ámbito de la vigilancia por satélite de la deforestación y los incendios forestales”.

Esta sección, la fuente consultada señala que es imprescindible definir con exactitud palabras como “sostenible” y sus contextos, así como el involucramiento del sector privado en las cooperaciones, según se menciona: “Las partes subrayan que dicha cooperación no sólo debe implicar a los gobiernos, sino también a las empresas, el mundo académico y la sociedad civil”.

En Derechos Humanos, la carta expresa que en virtud del “artículo 11 del capítulo de Diálogo Político y Cooperación, la UE y el Mercosur se han comprometido a cooperar en la promoción y protección de los derechos humanos, incluida la ratificación y aplicación de los instrumentos internacionales de derechos humanos. Esto incluye los derechos de los pueblos indígenas, tal como se definen, entre otros, en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, así como, cuando proceda, en las constituciones de las partes. Se entiende que tales derechos incluyen los derechos a la tierra bajo uso tradicional de dichas comunidades”.

Organizaciones civiles

Otra de las cláusulas hace referencia a la “Sociedad Civil”, en la que se destaca el “el papel clave de las organizaciones de la sociedad civil en la aplicación efectiva del Acuerdo. Mediante el establecimiento de un mecanismo de consulta y la promoción de la interacción entre los representantes de su sociedad civil, el Acuerdo impulsará una amplia participación de los actores de la sociedad civil, incluidas las organizaciones no gubernamentales, las organizaciones empresariales y patronales y los sindicatos”.

1995

En 1995 comenzaron las negociaciones entre la UE y el Mercosur con la finalidad de llegar a un Acuerdo de Asociación Estratégica. Cinco años después se concretó una de las primeras mesas de negociaciones, aunque concluyó sin avances significativos.

El TLC incluye arancelarios, servicios, compras gubernamentales, comercio, barreras técnicas, medidas sanitarias y fitosanitarias y propiedad intelectual.

2010

En 2010 se instalaron de nuevo numerosos equipos de trabajo con magros resultados. Las asimetrías en desarrollo socioeconómico frenaban los consensos.

Unos 800 millones de consumidores se verían beneficiados de ratificarse el acuerdo de libre comercio en diciembre próximo. El pacto significaría también el acceso de estas personas a un mercado estratégico con servicios y con cientos de opciones de productos.

2019

En junio de 2019 finalmente se concretó la firma del acuerdo político y de cooperación. Fue el avance más importante en más de dos décadas de idas y venidas de los negociadores hasta 2020. Si en 2023 logran ratificar el acuerdo entre el Mercosur (Paraguay, Brasil, Uruguay y Argentina) y la Unión Europea, se abriría un mercado con más de 500 millones de habitantes. Brasil y España están al frente de las presidencias pro tempore de los grupos de países.

viviana@abc.com.py

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