"Con inmensa felicidad, anunciamos el encuentro del nieto 133", indicó el comunicado de prensa, en el que se convoca a un encuentro con la prensa en el Espacio Memoria y Derechos Humanos -antigua Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), uno de los mayores centros de detención ilegal y tortura en dictadura-, en el que se ofrecerán más detalles del caso.
"A casi 40 años del inicio del período democrático más largo de nuestra historia, seguimos buscando a nuestros nietos y nietas, todos los días. Cada restitución reafirma que el pueblo argentino nos acompaña y decide no olvidar", agregó el texto sobre la primera identificación que tiene lugar en 2023, pues las dos últimas datan de diciembre de 2022.
Poco después, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, publicó un mensaje en su cuenta de Twitter felicitando al colectivo por "otra inmensa victoria de su incansable lucha en este largo camino de Memoria, Verdad y Justicia".
"Gracias Abuelas, por devolverle la identidad a todo un pueblo que las acompaña", agregó el mandatario, quien este mismo viernes recibió en la Casa Rosada (sede del Gobierno) a representantes de la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos-Desaparecidos (Fedefam), que celebra su XIX Congreso en Buenos Aires.
La asociación Abuelas Plaza de Mayo está integrada desde 1977 por ancianas que buscan a sus nietos, hijos de desaparecidos que fueron apropiados por el régimen y entregados a familias ajenas.
La asociación, presidida por Estela de Carlotto (92 años), estima que cerca de 500 bebés fueron robados por la dictadura a sus progenitores, en su mayoría opositores al régimen, y en muchos casos a madres que dieron a luz en centros clandestinos de detención y tortura y fueron desaparecidas para siempre, asesinadas o tiradas con vida, drogadas, al mar.
Según organismos de derechos humanos, el terrorismo de Estado hizo desaparecer a cerca de 30.000 personas.
A mediados de la década de 1980, las Abuelas impulsaron la creación de un banco para almacenar sus perfiles genéticos y garantizar la identificación de sus nietos.
En 1987, el Congreso creó por ley el Banco Nacional de Datos Genéticos, que desde entonces se encarga de resolver la filiación de las niñas y niños apropiados durante la última dictadura.
En todo este tiempo, el banco ha ido sumando técnicas avanzadas de identificación genética y forense y en 2009 se sancionó una nueva ley que jerarquizó a la institución.
La última vez que Abuelas de Plaza de Mayo anunció la restitución de identidad de un bebé robado fue en diciembre de 2022, cuando presentó -con pocos días de diferencia- al "nieto 131" -hijo de Lucía Nadín y de Aldo Hugo Quevedo, ambos desaparecidos en 1977- y al "nieto 132" -hijo de Mercedes del Valle Morales, desaparecida en 1976-.
Previo a eso, hubo un período de tres años y medio sin recuperaciones, pues la última identificación había tenido lugar el 13 de junio de 2019, cuando la organización presentó públicamente a Javier Matías Darroux, de 41 años, como "nieto 130".