El acuerdo se negocia desde hace dos décadas y fue firmado en 2019, pero está detenido en el proceso de confirmación que tienen que dar los parlamentos nacionales por las divergencias de algunos países, como Francia o Austria bajo argumentos de protección ambiental y de estándares de calidad.
Entre las sesiones de la decimoquinta Asamblea de EuroLat que arrancó ayer en el Senado de España, en Madrid, el eurodiputado español de los Verdes Jordi Solé analiza las cuestiones que, a su juicio, mantienen detenido el acuerdo con Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay.
Solé se muestra crítico con el texto en especial con las cuestiones medioambientales, y considera que aún no se ha firmado porque "seguramente hay visiones distintas entre los bloques".
En declaraciones a EFE , ve "sintomático" que en las conclusiones de la pasada Cumbre entre la UE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) de julio en Bruselas se hiciera "una referencia bastante genérica" al acuerdo.
"No se ponía ningún objetivo de ratificación o de conclusión del acuerdo, yo creo que esto indica que seguramente en ambos bloques hay todavía visiones diferentes, hay cuestiones que mejorar y que tratar", señala.
Para su grupo en el Parlamento Europeo, el protocolo que trata "cuestiones de deforestación y biodiversidad" es "insuficiente": "no pueden ser cuestiones voluntarias, tienen que estar incluidas en la parte vinculante del tratado".
"Algunos países de la Unión Europea tienen reticencia, por la parte del Mercosur todavía hay países que no se han manifestado abiertamente, al menos de una manera muy clara, ni con prisas para cerrar el acuerdo", apunta.
Algo que hace que el español sea "reticente" a pensar que "durante la presidencia española de la UE (de este segundo semestre de 2023) se llegue a cerrar".
OPTIMISMO Y ESPERANZA
El sueco Jörgen Warborn, del Partido Popular europeo, confía en que el acuerdo se cierre lo antes posible para lo que sigue "insistiendo desde el lado europeo".
El demócrata-cristiano explica que la UE presentó un protocolo adicional para cuestiones de sostenibilidad, que, considera "incorporar" al acuerdo: "ahora esperamos que el Mercosur venga con una propuesta y una vez que la tengan negociaremos para tenerlo lo antes posible, ojalá antes de fin de año".
Entre los "problemas principales del acuerdo" ve "la pausa que ha habido en el proceso": "no ha habido acuerdo y después de varios años nos hemos vuelto a comunicar, nos dimos cuenta que lo que habíamos negociado probablemente no hubiese pasado el Parlamento Europeo y faltaban abordar cuestiones de sostenibilidad".
"Otro tema es lo que respecta a Brasil y los temas de deforestación de la Amazonía, pero el nuevo Gobierno está mostrando mucha voluntad para resolver la situación", incide.
Defiende que el acuerdo se está negociando "con países, no con presidentes o primeros ministros. Es por el beneficio de la gente y las empresas, por la prosperidad y para construir intercambios y más cooperación con personas de distintos países, es hora de llevarlo a la línea de meta".
DIÁLOGO RESPETUOSO
Por su parte el griego Nikos Papandreou analiza las relaciones entre ambas regiones y espera que la Asamblea de EuroLat se centre en un diálogo donde "resolvamos juntos y no una parte esté presionando a la otra".
En declaraciones a EFE en el Senado español Papandreou incide que un diálogo respetuoso y al mismo nivel hará que ambas partes salgan ganando.
"Creo que lo importante es que, dado que la historia de Europa y de América Latina en general es de pasado imperialista, que las propuestas de Europa no vengan como si les estuvieran dando en la cabeza", comparte.