El alto grado de preservación de los manglares amazónicos fue confirmado por un estudio realizado por investigadores del Instituto Tecnológico Vale (ITV) y publicado este viernes en la revista de los "Anales de la Academia Brasileña de la Ciencia".
Según el estudio, que utilizó imágenes de satélite captadas entre 2011 y 2015 y las comparó con las que existían de años antes, el 92 % del área de los manglares amazónicos continúa cubierta por bosques, un 7 % por planicies saladas comunes en áreas de manglares y sólo un 1 % fue afectado por la construcción de carreteras o por la expansión urbana.
Las áreas más afectadas por la actividad humana son las planicies saladas, que en una mínima parte han sido adaptadas para la cría de camarones, cangrejos y de otras especies marinas.
La mayor degradación fue provocada por la construcción en las décadas de 1970 y 1980 de la carretera regional PA-458, que cortó el manglar por 26 kilómetros.
"Los de la Amazonía brasileña son los mayores manglares del mundo y los más preservados gracias precisamente a su exuberancia natural, ya que sus planicies inundadas y de depósitos de lama tienen hasta 40 kilómetros de ancho y árboles de hasta 30 metros de altura", dijo a EFE el biólogo Pedro Walfir Souza Filho, investigador del ITV y principal responsable del estudio.
El especialista también atribuyó la preservación a la ausencia de grandes ciudades en sus proximidades, a la baja densidad de población, a las dificultades de acceso y a la falta de infraestructuras como líneas de transmisión eléctrica.
"También es importante destacar que diversas unidades de conservación fueron creadas en los últimos 20 años a lo largo del litoral con la intención de evitar la degradación de este importante ecosistema", explicó Souza Filho, quien calcula que las reservas ambientales protegen cerca del 80 % del área.
LA AMAZONÍA ALBERGA EL 80 % DE LOS MANGLARES DE BRASIL
Este bioma costero en la Amazonía corresponde a cerca del 80 % de todos los manglares de Brasil y se expande a lo largo de 678 kilómetros del litoral norte de Brasil sobre el Atlántico y al sur de la desembocadura del Amazonas.
Souza Filho descarta que la posibilidad de que Brasil apruebe la explotación de petróleo en las prometedoras reservas del llamado Margen Ecuatorial, en aguas muy profundas del Atlántico y frente a la desembocadura del Amazonas, amenace los manglares.
"Las áreas de exploración están en mar profundo en un área con fuerte actuación de la Corriente Oceánica Norte de Brasil, que fluye a velocidades superiores a un metro por segundo en dirección noroeste. De esa forma, en caso de un posible derrame, el crudo vertido no se dirigirá hacia el sur", afirmó.
"En mi opinión, el transporte diario de combustibles por los ríos de la Amazonía representa un riesgo de contaminación muy superior al de la explotación de yacimientos de petróleo a más de 150 kilómetros de la costa y en profundidades de más de 2.000 metros", agregó.
El especialista considera que una de las principales amenazas al ecosistema es el calentamiento global debido a que la elevación del nivel de los mares ha provocado una migración de los manglares río arriba por la salinización de los canales fluviales.
Afirmó que se trata de una amenaza a un ecosistema importante para ayudar a combatir los propios cambios climáticos, debido a que los estudios han demostrado que los manglares tienen una capacidad para capturar dióxido de carbono dos veces superior a la de la propia selva amazónica.
"Su conservación es fundamental para que estos gases secuestrados no sean liberados en la atmósfera", dijo.
Igualmente destacó el importante papel de los manglares para conservar la biodiversidad, ya que son cuna de varias especies y fuente de alimento de muchas otras.
La región es hábitat para numerosas especies de aves, en especial las garzas y el ibis escarlata, y de mamíferos como el mapache cangrejero, el oso hormiguero y el mono maicero.