Se trata de la primera vacuna recomendada en la Unión Europea para la inmunización pasiva de bebés contra el VSR durante los primeros seis meses de vida siguiendo la administración de la vacuna a la madre durante el embarazo, aunque la vacuna también está indicada para la inmunización activa de adultos mayores de 60 años.
“Abrysvo es una vacuna bivalente compuesta por dos glicoproteínas de superficie de fusión del RSV recombinantes seleccionadas para optimizar la protección contra las cepas A y B de RSV. Estas proteínas son esenciales para que el RSV infecte el cuerpo y son los principales objetivos de los anticuerpos generados para combatir la infección”, explica la EMA.
Cuando una persona recibe esta vacuna, su sistema inmunitario genera anticuerpos específicos y células T (células del sistema inmunitario) que ayudan a prevenir la infección por RSV, mientras que en el caso de personas embarazadas, esos anticuerpos atraviesan la placenta y brindan protección a los bebés hasta los 6 meses después de nacer.
Lea más: Exigen dosis para vacunar a bebés prematuros contra el Virus Sincitial Respiratorio
El RSV es un virus respiratorio común que generalmente causa síntomas leves parecidos a los del resfriado, pero puede tener consecuencias graves en niños y adultos mayores, siendo una de las principales causas de hospitalización pediátrica en Europa, puesto que puede causar bronquiolitis y neumonía, y puede provocar dificultad respiratoria mortal.
La infección con este virus también puede ser grave en adultos mayores de 50 años, ya que puede provocar una infección respiratoria aguda, o una neumonía.
Durante los estudios clínicos, la vacuna se demostró eficaz para reducir la enfermedad grave de las vías inferiores con atención médica, y la enfermedad de las vías respiratorias inferiores con atención médica que se presenta dentro de los 180 días posteriores al nacimiento.
Los efectos secundarios más comunes informados en mujeres con entre 24 y 36 semanas de embarazo fueron dolores en el lugar de la vacunación, dolor de cabeza y dolor muscular, mientras que en personas mayores de 60 años, los pacientes registraron dolor en el punto de vacunación.
La EMA enviará ahora su opinión científica a la Comisión Europea, que tiene la última palabra sobre la autorización de comercialización de esta vacuna en los países de la UE.