Adams informó hoy de ha tomado esta decisión debido al gran número de inmigrantes a los que la ciudad provee albergue y otros servicios.
Según cifras oficiales, estos albergues dan cobijo a más de 54.800 migrantes y a casi otros 50.000 neoyorquinos sin techo.
En un comunicado conjunto, la Coalición para los Sin Techo y el grupo de abogados Legal Aid Society recordaron que órdenes judiciales y leyes locales obligan a la ciudad a garantizar un albergue seguro a quienes lo necesiten.
“En lugar de limitar las estadías en refugios, la ciudad debe implementar políticas para abordar la necesidad de aumentar la capacidad de alojamiento”, indicaron en la nota, en la que además indican que la nueva política de la ciudad “plantea muchos interrogantes e inquietudes que la ciudad debe aún contestar”.
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“Estamos revisando esta política y su legalidad y esperamos tener más que decir sobre el asunto”, advirtieron.
El defensor del pueblo, Jumaane Williams, afirmó por su parte que el derecho a la vivienda existe desde hace más de 30 años, “y no caduca simplemente después de 60 días ante una crisis”.
“La nueva regla es un fin abominable de nuestro derecho a las leyes de vivienda y no refleja los valores de acogida de la ciudad”, indicó, por su parte, la ONG New York Immigration Coalition.
Mientras que la asociación Se Hace Camino Nueva York aseguró estar “consternada por la cruel indiferencia del alcalde” por el bienestar de las personas que buscan seguridad en la ciudad.
“Las personas que buscan asilo en Nueva York merecen no solo dignidad sino también el apoyo adecuado para prosperar en sus nuevas vidas aquí”, indicó la ONG.