"En cuanto a los lazos entre Rusia y América Latina, aquellos que esperaban sembrar la discordia entre nosotros no lo han logrado ni lo lograrán", señaló la portavoz de la diplomacia rusa, María Zajárova, en su rueda de prensa semanal.
"Tenemos buenas tradiciones de simpatía mutua, disposición para una interacción equitativa y un diálogo de beneficio mutuo basado en normas universalmente reconocidas del derecho internacional", señaló.
Sostuvo que los lazos entre Rusia y América Latina se basan en el "respeto mutuo, la consideración de los intereses de los demás y la comprensión de las realidades del mundo moderno".
Todo esto, dijo, solo se reforzará en la relación entre Moscú y los países latinoamericanos y caribeños.
"¿Cuál era el objetivo (de la cumbre)? Usar una reunión con latinoamericanos no para discutir formas de salir de la crisis de Ucrania, sino imponer un punto de vista occidental y obligar a los latinoamericanos a suscribirlo", añadió Zajárova.
"Hay solo un objetivo: pelear, crear dificultades en la comunicación entre Rusia y América Latina, además de mostrar su dictado, sus capacidades en el uso de la fuerza", opinó.
Los líderes de la UE y la Celac mostraron el martes al término de la cumbre su "profunda preocupación" sobre "la guerra en Ucrania" en la declaración final que no contó con el apoyo de Nicaragua.
También respaldaron "todos los esfuerzos diplomáticos dirigidos a una paz justa y sostenible de acuerdo con la carta de la ONU" y los esfuerzos del secretario general de la ONU, António Guterres, para lograr que Rusia vuelva a cumplir con el acuerdo para exportar cereal ucraniano a través del mar Negro.
La condena de la guerra en Ucrania ha marcado las negociaciones durante toda la cumbre, ya que la UE ha insistido en expresarla, mientras que Nicaragua, Cuba y Venezuela se oponían a ello.