En este intento de intermediación, del que informó en exclusiva este lunes el medio especializado The Hollywood Reporter, la estrella estadounidense también pidió a los representantes del gremio de intérpretes que permitieran a los actores promocionar sus películas durante el período que se prolonguen los paros.
La huelga de SAG-AFTRA y el Sindicato de Guionistas de EE.UU. (WGA), la primera que se desarrolla simultáneamente por parte de estas dos instituciones desde 1963, mantiene paralizada la industria audiovisual de Hollywood tras no prorrogarse sus respectivos convenios colectivos con la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP).
Las impredecibles consecuencias de este parón, entre ellas el enorme agujero económico que podría ocasionar en momentos que ya eran delicados para la recaudación de las salas de cine, preocuparon a Cruise, que también se posicionó instando a AMPTP a que accediera a mejorar las condiciones del gremio de dobles de escenas de acción.
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El protagonista de la saga Misión Imposible, de ahí su interés por los profesionales de acción, no ha confirmado su papel en estas negociaciones y tampoco han trascendido más detalles acerca de esta mediación hasta ahora fallida.
Sin embargo, esta estrategia no sería nueva en el marco de las negociaciones entre AMPTP y SAG-AFTRA, pues este último colectivo ha acostumbrado en otras ocasiones a convocar a figuras conocidas para discutir aspectos clave de sus acuerdos en los que ya tuvieran experiencia.
De hecho, cualquier miembro puede solicitar intervenir en una sesión de negociación y el gremio puede evaluar el valor de su participación. Al parecer, de acuerdo a la información de The Hollywood Reporter, el sindicato llegó a la conclusión de que el punto de vista de Cruise merecía la pena.
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SAG-AFTRA, que representa a 160.000 actores, no llegó a un acuerdo con AMPTP tras casi cinco semanas de conversaciones en las que se puso de manifiesto el distanciamiento entre las partes.
El uso de la IA sobre la propia imagen de los actores y los conocidos como “residuales”, compensación que reciben los artistas cada vez que un servicio de “streaming” vende los derechos de una producción a un nuevo mercado, son los puntos que generan una mayor fricción.