“Nuestro país no llega a la mitad” del número de turistas prepandemia, indicó Acosta en referencia al millón de turistas que arribaron a Perú en el primer semestre del año, lo que representó el 49 % respecto al mismo periodo de 2019, según cifras oficiales.
El titular de Apavit agregó, en un comunicado, que “con este tipo de protestas se pierden 55 millones de soles (15 millones de dólares) diarios”.
En opinión de Acosta, “por todo lo que viene pasando nuestro país, lo que necesitamos es la pacificación, un país estable, recuperar la confianza de los extranjeros para que vuelvan a considerarnos en sus opciones como un destino ideal para vacacionar”. El líder gremial dijo que su sector es testigo de cómo se van dando las cancelaciones de reservas de turistas extranjeros hacia el país y que lo más triste es que los más afectados son las personas más vulnerables, que necesitan del trabajo día a día.
Añadió que “el turismo es uno de los pilares de la economía, es la industria sin chimeneas, la industria de la paz”.
El viernes, la Dirección Desconcentrada de Cuzco, del Ministerio de Cultura, informó que la ciudadela incaica de Machu Picchu atenderá con normalidad en este mes, en el que está previsto una nueva ola de protestas, con un aforo de 4.044 personas al día y la venta de entradas se realizará en el lugar hasta por 1.000 boletos para el mismo día.
Recordó que actualmente se pueden comprar las entradas en Machu Picchu Pueblo, el distrito en el que se ubican los restos arqueológicos, hasta por 1.000 boletos al día para ingresar ese mismo día o al día siguiente.
“Es necesario destacar el compromiso de las autoridades para brindar una grata experiencia a los que visiten Machu Picchu en los próximos días”, agregó el comunicado en referencia al principal destino turístico del país.
A partir del próximo miércoles, diversas organizaciones sindicales y sociales realizaran nuevas jornadas de protesta que esperan que lleguen a su momento álgido entre el 28 y el 29 de julio, cuando el país celebra su independencia.
Durante las manifestaciones antigubernamentales que se desarrollaron entre diciembre y marzo pasados, Machu Picchu tuvo que cerrar sus puertas durante varias semanas, puesto que muchos ciudadanos de la zona bloquearon los ingresos.