Shelly Fitzgerald, quien había trabajado durante 14 años como consejera estudiantil en el instituto Roncalli en Indianápolis, decidió demandar en 2019 a la institución por haber terminado su contrato el año anterior debido a su matrimonio homosexual.
El tribunal de apelaciones del séptimo distrito, con sede en Chicago, decidió el jueves que la escuela secundaria estuvo en su derecho de despedirla bajo lo que se conoce como “excepciones ministeriales” a las normas federales antidiscriminación.
Bajo esta figura legal, las instituciones religiosas pueden dar preferencia en el empleo a miembros de su propia religión, según explica la Comisión de Igualdad de Oportunidades Laborales en su página web.
La demanda de Fitzgerald argumentaba que su trabajo no estaba relacionado con labores religiosas, sino que se encargaba de dar consejo a los estudiantes sobre carreras universitarias o temas académicos.
Sin embargo, el tribunal recalcó que la trabajadora participaba en varios grupos administrativos dentro del colegio encargados de “discusiones y planificación” religiosa.
Una de las abogadas de Fitzgerald, Rachel Laser, dijo este viernes al diario USA Today que el fallo constituía un “ataque” contra los “derechos civiles básicos” por parte de los “extremistas religiosos”.
Las excepciones religiosas en las escuelas han sido objeto de numerosas demandas en EE.UU., con casos que han llegado hasta la Corte Suprema.
En 2019, el máximo tribunal del país emitió un fallo a favor de las escuelas católicas señalando que los profesores que lleven a cabo “tareas religiosas”, aunque no sean la mayor parte de su trabajo, no están protegidos por las normas antidiscriminación.