En una vista a puerta cerrada, el tribunal escuchó los argumentos presentados por los abogados de la Nobel de la Paz y la fiscalía, indicó a EFE una fuente cercana al caso que pide no ser identificada.
Suu Kyi, de 77 años, acumula condenas por un total de 33 años de cárcel a raíz de un maratón de juicios por casi una veintena de delitos imputados tras el golpe de Estado del 1 de febrero de 2021 y que han sido negados por sus abogados.
La depuesta Consejera de Estado, quien no acudió a la vista y permanece encarcelada en una prisión en Naipyidó, fue condenada a 14 años de prisión por cinco delitos relacionados con la corrupción como aceptar sobornos o la compra fraudulenta de helicópteros.
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El tribunal no pronunció su decisión esta jornada y cuenta con un plazo, según medios locales, de dos meses para anunciarla.
Este es el segundo proceso de apelación presentado por los representantes de Suu Kyi, tras los recursos presentados la semana pasada contra las sentencias por cometer fraude electoral, por el que cumple tres años de prisión, y vulnerar la ley de Secretos Oficiales, con otros tres años de pena.
Según los medios birmanos, el mismo tribunal celebrará el próximo martes una tercera sesión para tratar los recursos para otros cargos, como vulnerar las leyes de la pandemia o la posesión ilegal de walkie-talkies.
Los abogados de Suu Kyi, a los que la junta militar ha prohibido hablar con los medios de comunicación, han calificado como una fabricación todas las acusaciones presentadas en su contra.
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Este miércoles además se supo que Suu Kyi se encuentra en “buen estado” de salud, según la declaración del ministro tailandés de Exteriores, Don Pramudwinai, quien el domingo mantuvo una inusual reunión con la derrocada política en la prisión donde cumple condena.
El golpe militar, que derribó al Gobierno democrático encabezado por Suu Kyi, ha sumido a Birmania en una profunda crisis política, social y económica y ha abierto una espiral de violencia con nuevas milicias civiles que han exacerbado la guerra de guerrillas que vive el país desde hace décadas.
El Ejército justifica el golpe por un presunto fraude masivo durante las elecciones generales de noviembre de 2020, cuyo resultado ha sido anulado y en las que el partido de Suu Kyi arrasó, como ya hizo en 2015, con el aval de observadores internacionales.