"EL Oleoducto de Petróleo Crudo de África Oriental (EACOP) ha sido un desastre para las decenas de miles de personas que han perdido los terrenos que proporcionaban alimentos a sus familiares e ingresos para llevar a sus hijos a la escuela", indicó el investigador de temas de medio ambiente de HRW Felix Horne en un comunicado.
"EACOP también es desastroso para el planeta y el proyecto no debería completarse", añadió Horne.
Según esta ONG pro derechos humanos, si bien "el 90 % de las personas que perderán sus terrenos por este proyecto han recibido una compensación de TotalEnergies EP Uganda", muchas de esas indemnizaciones eran demasiado pequeñas.
A ese problema se añadió las demoras de varios años en los programas de adquisición de terrenos, lo que causó "graves dificultades financieras a miles de agricultores ugandeses, incluidas fuertes deudas familiares, inseguridad alimentaria e incapacidad para pagar las tasas escolares, lo que ha obligado a muchos niños a abandonar sus estudios".
HRW, que entrevistó a más de 75 familias desplazadas a principios de este año, dijo que muchos agricultores se sintieron presionados para firmar acuerdos de compensación en inglés, un idioma que algunos de ellos no eran capaces de leer.
Asimismo, muchos recibieron dinero en efectivo en vez de una reubicación en un terreno alternativo, incumpliendo de esta manera los estándares internacionales.
La multinacional francesa Total se había comprometido a respetar los estándares internacionales que requieren que las indemnizaciones mejoren la calidad de vida de las personas que las reciben.
Además, en una carta enviada a HRW el pasado junio, el gigante petrolero aseguró que "sigue prestando mucha atención al respeto de los derechos de las comunidades involucradas", rechazando las acusaciones de que algunos campesinos fueron presionados para firmar sus contratos de compensación y marcharse a otros lugares.
Está previsto que el oleoducto de 1.450 kilómetros, financiado también por la empresa estatal China National Offshore Oil Corporation (CNOOC), transporte petróleo desde el oeste de Uganda hasta el puerto tanzano de Tanga, en el océano Índico, a partir de 2025.
Mientras que los gobiernos de Tanzania y Uganda celebraron esta megaobra como una oportunidad para crear puestos de trabajo y expandir las economías de ambos países, organizaciones como Oxfam o la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) advirtieron que pondrán en peligro reservas naturales y los medios de subsistencia de miles de personas.
Asimismo, el pasado septiembre el Parlamento Europeo aprobó una resolución para denunciar violaciones de derechos humanos y contra el medio ambiente durante su construcción, e instó a posponer todas las operaciones durante al menos un año.
Uganda, por su parte, acusó a la Unión Europea (UE) de "sabotaje económico" y aún espera convertirse en una nación exportadora de petróleo, una posición a la que aspira desde 2006, cuando geólogos hallaron la cuarta reserva de petróleo crudo más grande de África subsahariana alrededor del lago Alberto, en la frontera de este país con la República Democrática del Congo (RDC).