“Hoy tenemos que pensar de nuevo. Hay un paquete de negociaciones sobre la mesa, todo un paquete de temas que se pueden acordar. Mañana será imposible”, dijo el mandatario en un encuentro con medios extranjeros y bielorrusos, según la agencia oficial BELTA.
"Hoy podemos hablar con Ucrania y llegar a algún tipo de acuerdos de paz", sostuvo.
A juicio del mandatario, que acogió tres rondas de negociaciones en territorio bielorruso a finales de febrero y marzo de 2022, sostuvo que su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, “se ha dado cuenta finalmente de que no ganará esta guerra” y que “la contraofensiva no tendrá otro resultado que la muerte de miles y miles de personas”.
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Lukashenko consideró que la lucha se intensificará en Ucrania porque ese país tiene todavía tiene reservas estratégicas considerables y además debe “demostrar algo” para el 11 de julio, cuando comienza la cumbre de la OTAN en Vilna.
"Debemos detenernos ahora. Ya hemos hecho muchas cosas malas. Pero podría ser peor. Por lo tanto, debemos detenernos ahora, sentarnos a la mesa de negociación. Sin condiciones previas. Debemos decidir todo en la mesa de negociaciones", subrayó el líder bielorruso.
Kiev no ve posible ya que Bielorrusia medie en la guerra, pues Lukashenko es el más estrecho aliado del presidente ruso, Vladímir Putin, y ofreció su territorio al inicio de la guerra para que las tropas rusas pudieran penetrar desde allí en el norte de Ucrania.
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Además sostiene que actualmente no hay nada que hablar porque el objetivo es claro: recuperar todos los territorios temporalmente ocupados y conseguir la retirada de las tropas rusas del país, lo que incluye la anexionada península de Crimea.
Ucrania teme que cualquier acuerdo o alto el fuego se cierre en falso y congele únicamente el conflicto armado para que Rusia pueda rearmarse y atacar en un futuro de nuevo.
Rusia a su vez afirma que está dispuesta a analizar cualquier propuesta de paz seria -que excluya la iniciativa promovida del propio Zelenski-, pero que no ha recibido ninguna aún.
Además alega que es Kiev la que no quiere negociar y sostiene que en todo caso Ucrania debe aceptar las “realidades” sobre el terreno, que implica el reconocimiento de Crimea, Lugansk, Donetsk, Zaporiyia y Jersón como territorios rusos tras su anexión en 2014 y 2022, respectivamente por parte de Rusia.