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Edificios públicos atacados, tiendas saqueadas, vehículos incendiados. Muchas ciudades, en especial en los suburbios de París, vivieron de nuevo violentas protestas nocturnas, pese a los 40.000 policías y gendarmes desplegados, informó AFP.
El presidente Macron convocó a una mesa de crisis para ordenar el despliegue de “medios adicionales” de las fuerzas del orden para frenar los disturbios que se extienden por todo el país, pero se intensificaron en los suburbios de París.
Estallido
La mecha que generó este estallido de violencia comenzó el pasado martes en uno de los barrios parisinos tras la muerte del joven de 17 años Nahel por un disparo de un oficial de policía con discutió en plena calle mientras realizaban controles en la localidad de Nanterre.
Según la agencia AFP, el balance de los disturbios de la noche del jueves y madrugada de hoy es alto.
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El gobierno informó de la detención de 875 personas (408 en París y sus suburbios), del ataque a 492 edificios, la quema de 2.000 vehículos y 3.880 incendios en las calles, así como de 249 agentes heridos.
“Examinaremos todas las opciones con una prioridad en mente: el regreso del orden”, indicó antes de la reunión la primera ministra, Élisabeth Borne, preguntada sobre si decretarían el estado de emergencia como le pedía la oposición de derecha y ultraderecha.
Reacción de la oposición
Sébastien Chenu, del partido ultraderechista de Marine Le Pen, lo solicitó de nuevo hoy ante el nivel de “violencia alcanzado”.
Su rival ultra Éric Zemmour fue incluso más allá y reclamó en la radio Europe 1 una “represión feroz” contra los autores de la violencia.
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El estado de emergencia permite a las autoridades administrativas tomar medidas excepcionales como la prohibición de desplazarse, pero por el momento no se decidió a decretarlo. Para el ministro de Ciudad, Olivier Klein, sería reconocer un “fracaso”.
En 2005, el gobierno del entonces presidente conservador, Jacques Chirac, tardó diez días en declararlo, en respuesta a los disturbios en los suburbios provocados por la muerte de dos adolescentes cuando huían de la policía.