La rebelión comandada por el jefe de los Wagner, Yevgueni Prigozhin, es “la punta del iceberg de un proceso de desestabilización”, afirmó el secretario del Consejo, Oleksí Danílov, a través de su cuenta en twitter.
En Rusia se ha formado un “grupo de descontentos”, tanto en las fuerzas de seguridad como entre el funcionariado, que considera “mortalmente peligrosas” las acciones de Vladimir Putin para sus intereses y para su existencia, prosigue el mensaje de Danílov.
La única opción que tiene Putin para “salvarse” es la “liquidación física” de los Wagner, un castigo ejemplar a Prigozhin y la implantación de una ley marcial, de acuerdo con el representante del Consejo, para el que la marcha de los amotinados sobre la ciudad de Rostov que “una puñalada por la espalda” a Putin.
“Humillación” para el Kremlin
Desde la oficina del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se calificó anteriormente el motín de 24 horas de “humillación” para el Kremlin, que evidenció además el desgaste de poder de Putin.
“Fue una elección fenomenal... Casi anulas a Putin, tomas el control de las autoridades centrales y de pronto te retiras... porque un intermediario de dudosa reputación (Alekandr, presiente bielorruso) Lukashenko te promete garantías de seguridad”, escribió el asesor de la presidencia, Mijailo Podoliak, en su cuenta en twitter.
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La “élite de Putin” ha vivido 24 horas de temor, prosigue el mensaje del asesor de Zelenski, para aseverar finalmente que Prigozhin “humilló” al líder del Kremli y demostró que no tiene el “monopolio de la violencia”.
El mensaje de Podoliak sigue a la crisis precipitada ayer por la toma de control del grupo Wagner sobre la ciudad de Rostov del Don, en el sur de Rusia, y posterior avance de sus combatientes en dirección a Moscú.
Retirada del grupo Wagner, tras la mediación de Lukashenko
Finalmente el líder del grupo Wagner anunció su retirada, tras la mediación de Lukashenko, y el retorno de sus combatientes a las bases permanentes, con el argumento de que con ello evitaría un derramamiento de sangre.
Sus columnas quedaron a unos 200 kilómetros de Moscú y, tras el anuncio de retirada, los propios “wagneritas” iniciaron su retorno a las bases permanentes del grupo.
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La crisis había empezó la noche anterior, cuando Prigozhin cruzó con 25.000 hombres, según afirmó, la frontera rusa a la región de Rostov desde Ucrania para avanzar a lo largo del sábado hacia la capital..
Según el Kremlin, parte del acuerdo alcanzado por mediación de Lukanshenko consiste en que Prigozhin se traslade a Bielorrusia y en que haya cargos contra él, así como que tampoco se procese a los “wagneritas” que formaron parte de su motín.