“Esta es una cuestión interna de Rusia. Como vecina amistosa y aliada estratégica en la nueva era, China apoya a Rusia en mantener su estabilidad nacional y en alcanzar prosperidad en su desarrollo”, dijo Qin, según el Ministerio chino de Exteriores.
Antes, el ministerio solo había informado escuetamente de que los diplomáticos abordaron “las relaciones entre China y Rusia, y asuntos internacionales y regionales de interés para las dos partes”. El Gobierno chino no se había posicionado ni había emitido ningún comunicado oficial hasta ahora sobre los acontecimientos, que sí tuvieron una amplia repercusión tanto en los medios estatales como en las redes sociales del gigante asiático.
En Weibo, el equivalente chino a Twitter -red censurada en el país-, las etiquetas sobre la revuelta figuran entre las más buscadas desde este sábado.
Tras declararse en rebeldía, el Grupo Wagner cruzó el sábado la frontera rusa, ocupó la ciudad de Rostov en el Don y envió cuatro columnas en una “marcha de la justicia” hacia Moscú, según la bautizó el jefe de los mercenarios, Yevgueni Prigozhin, con el fin de sustituir la cúpula militar rusa, a la que culpa de los fracasos del Ejército ruso en Ucrania.
El presidente ruso calificó la revuelta de “traición” y solo gracias a la mediación de su homólogo bielorruso, Alexandr Lukashenko, se logró un acuerdo con Prigozhin que puso fin a la sublevación.
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