El líder de la ultraderecha está acusado de abusar de su posición como jefe de Estado para promover su candidatura y mantener una dura campaña de descrédito contra la propia Justicia electoral y las instituciones democráticas, durante el proceso que llevó a los comicios que ganó el progresista Luiz Inácio Lula da Silva.
Un punto central de la acusación es una reunión que Bolsonaro convocó en la residencia oficial de la Presidencia con medio centenar de embajadores extranjeros el 18 de julio de 2022 para despotricar contra el sistema electoral y la propia democracia, y que ordenó que fuera transmitida por la televisión pública.
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El TSE, que si halla culpable a Bolsonaro puede despojarlo de sus derechos políticos durante ocho años, ha reservado tres audiencias para este caso, por lo que la sentencia sería dictada la semana próxima.
La primera sesión fue abierta por el juez Benedito Gonçalves, uno de los siete miembros de la corte, con una detallada presentación de las circunstancias que llevaron a Bolsonaro al banquillo y de las acusaciones, formuladas por el Partido Democrático Laborista.
Bolsonaro a la espera de una decisión
Posteriormente serán escuchados los abogados de ambas partes y un miembro del Ministerio Público, tras lo cual retomará la palabra el juez Gonçalves, pero para presentar su voto, que, según ya ha adelantado, está volcado en un documento de 400 páginas.
Después de Gonçalves, instructor del proceso, se pronunciarán los otros seis integrantes de la corte y será dictada la sentencia.
En medios jurídicos, sin embargo, se baraja la posibilidad de que algún magistrado solicite más tiempo para analizar el caso, lo cual podría prorrogar la decisión por un plazo máximo de 60 días.
En especial, se presume que pueda invocar ese tiempo para una mayor reflexión el magistrado Kassio Nunes Marques, ultraconservador y promovido en 2020 a la Corte Suprema, de la que también es miembro, por el propio Bolsonaro cuando ejercía la Presidencia.
El exmandatario no asistía a la audiencia y se encontraba en la ciudad de Porto Alegre, en el sur del país, donde cumplía diversas actividades políticas.