Según el Proyecto Migrantes Desaparecidos que desde 2014 mantiene la OIM, una de las agencias de Naciones Unidas, la ruta mediterránea se mantiene como la más peligrosa por encima de las de África (12.646 víctimas), América (7.846), Asia Oriental (5.528), Oriente Medio (2.136) y el resto de Europa (1.013).
Dentro del Mediterráneo, la ruta más peligrosa es la central (desde las costas de Libia, Túnez y países cercanos a Malta o Italia), con 21.287 muertos y desaparecidos en nueve años, seguida por la occidental (principalmente hacia España), con 3.331 víctimas.
En tercer lugar se sitúa la oriental, en la que el destino principal es Grecia y las víctimas desde 2014 son 2.292, según datos que aún no tienen en cuenta los al menos 79 fallecidos en el desastre de este miércoles.
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En lo que va de año en las rutas mediterráneas se han producido al menos 1.166 fallecimientos y desapariciones, una cifra que hace temer que a finales de año se alcancen cifras similares a las del pasado año (2.406 víctimas), mientras que el año más mortífero fue 2016, con al menos 5.136 muertos y desaparecidos.
Este año 2023 ha sido especialmente alto en siniestros el mes de abril, en el que se superaron los 500 muertos y desaparecidos en el Mediterráneo, una cifra que no se alcanzaba ningún mes desde junio de 2018.
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Según los datos de la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) en los primeros cuatro meses de 2023 hubo 7.856 intentos de entrada ilegal a la UE a través de las fronteras del Mediterráneo oriental, principalmente griegas.
De estos intentos, 1.537 correspondieron a migrantes sirios, la nacionalidad más frecuente, seguida de personas procedentes de Afganistán (957), Palestina (937), Nigeria (558) y la República Democrática del Congo (524), siempre según los datos de las aduanas europeas.