Esa colaboración entre profesionales y enfermos se erige según los organizadores como la piedra angular de la atención y la investigación, y centrará parte de la agenda de un encuentro que espera a unos 40.000 participantes en persona, una cifra que recupera niveles previos a la pandemia del coronavirus.
El presidente de ASCO, Eric Winer, admite que la relación entre médicos y pacientes ha cambiado en los últimos años: el acceso digital a información médica -y también a desinformación- ha sido fuente puntual de confusión, por lo que un mayor contacto entre profesionales y enfermos mejora tanto el diagnóstico como la experiencia médica en sí.
La cita en el centro de convenciones McCormick Place pedirá a los asistentes un ejercicio de introspección para examinar qué ha mejorado y empeorado, y qué puede hacerse para que las interacciones sean más satisfactorias.
ASCO, fundada en 1964 por siete oncólogos, tiene como misión acabar con el cáncer a través de la investigación, la educación y la promoción de un cuidado sanitario más justo y de mejor calidad, y reconoce que todavía hay muchos tipos de cáncer difíciles de diagnosticar y tratar.
"Aspiramos a un mundo en que el cáncer pueda evitarse y curarse y en el que cada superviviente esté sano. Cada cáncer, cada paciente y cada medicamento y tratamiento son diferentes", explica a EFE la vicepresidenta ejecutiva de esa sociedad y su directora médica, Julie Gralow, para quien la voluntad política, junto con la financiación, juegan un papel determinante.
Los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reflejan que el cáncer es una de las principales causas de muerte en todo el mundo y representó unos 10 millones de fallecimientos en 2020, o casi uno de cada seis. El cáncer de pecho, el de pulmón, el de colon y recto, y el de próstata encabezaron ese año los nuevos casos.
El congreso ASCO sirve como punto de intercambio de los avances en la investigación, que apuntan hacia tratamientos menos invasivos o hacia una mayor precisión en el uso de los conjugados de fármacos y anticuerpos.
Una de esas innovaciones llegará de la mano de MEDSIR, compañía dedicada al avance de la investigación clínica en oncología con sede en España y Estados Unidos.
Con el liderazgo científico de los investigadores Javier Cortés, Antonio Llombart-Cussac y José Pérez, su ensayo clínico en fase 2 PHERGain, que se presentará este viernes por la tarde, ofrece un nuevo enfoque individualizado para tratar el cáncer de mama localizado HER2 Positivo y está considerado como un paso significativo de cara a métodos menos tóxicos.
El estudio, según precisa MEDSIR, evalúa la posibilidad de "desescalar" los tratamientos con quimioterapia en pacientes con ese subtipo de cáncer, gracias a un enfoque adaptativo con base en la respuesta observada por tomografía por emisión de positrones (PET) y a la respuesta patológica completa.
El congreso, el principal del sector, reúne también a representantes de institutos como el francés Curie, que llevará entre otros a Chicago los beneficios clínicos de la biopsia líquida, nombre con el que se conoce el análisis de sangre que permite confirmar o detectar la presencia de células tumorales.
E igualmente congrega a farmacéuticas como AstraZeneca, que difundirá resultados de tratamientos que considera que podrían cambiar la atención oncológica. Entre ellos, sobre el potencial del fármaco trastuzumab deruxtecán en una amplia gama de tumores HER2 en estadios avanzados.
Según Gralow, hay razones para la esperanza. El ritmo de aprobaciones de medicamentos contra diferentes clases de cáncer y de objetivos es tan "sorprendente" que "cuesta seguirle el ritmo". "Y esto es gracias a una inversión continuada", concluye.