Stoltenberg compartió este mensaje en su cuenta de Twitter tras hablar con el alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, sobre la situación en la región, y pidió a ambos países que se comprometan con el diálogo auspiciado por la UE para normalizar sus relaciones.
"Pristina y Belgrado deben comprometerse con el diálogo liderado por la UE ya, es la única forma de llegar a la paz y la normalización. Pristina debe desescalar y no tomar pasos unilaterales y desestabilizadores. La Fuerza Internacional de Seguridad para Kosovo (KFOR) de la OTAN seguirá continuando un entorno seguro", escribió el secretario general de la Alianza en Twitter.
La UE, por su parte, ya había condenado este viernes "enérgicamente" el uso de la violencia por parte de Kosovo para forzar la entrada de los ediles bloqueados por la minoría serbia que no reconoce su autoridad, y advirtió que no aceptará "más acciones unilaterales o de provocación".
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El también portavoz del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, subrayó que "todos deben tomar medidas para reducir la tensión de la situación y restaurar la calma de inmediato".
El comunicado deplora, además, los ataques a las patrullas de la misión civil de la UE en Kosovo, EULEX, a la que “se debe permitir” que “cumpla su mandato de manera pacífica”, y recuerda que las recientes elecciones parciales en el norte de Kosovo no ofrecen una solución política a largo plazo para los municipios involucrados.
La Policía de Kosovo usó este viernes gas lacrimógeno y bombas de aturdimiento para dispersar a manifestantes serbios que intentaron impedir el acceso al Ayuntamiento de los alcaldes de las localidades norteñas de Zvecan, Zubin Potok y Leposavic, de mayoría albanesa, elegido en las elecciones de abril que boicoteó la comunidad serbia.
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El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, ordenó aumentar el nivel de alerta del Ejército al máximo y su movimiento hacia la zona limítrofe con Kosovo, informan los medios serbios.
El Gobierno serbio acusa a Pristina de practicar el "terror" contra la comunidad serbokosovar, mientras que Kosovo responsabilizan a Serbia y a lo que denomina sus "estructuras criminales ilegales en el norte kosovar" de la violencia y de los ataques a las fuerzas del orden.
Los serbios del norte de Kosovo -antigua provincia serbia poblada por una gran mayoría de albaneses y que proclamó su independencia en 2008- no reconocen la autoridad de estos alcaldes, elegidos en unas elecciones en las que, debido al boicot de los serbios, la participación fue de apenas el 3 %.
Ambos países negocian la normalización de sus relaciones sobre un nuevo plan de la UE, apoyado por Estados Unidos, en un proceso difícil y entre frecuentes tensiones.